En un mundo donde ya a nadie espanta la feminización de la pobreza,
donde la hambruna, las guerras, las migraciones, la desidia, la escasa
voluntad política minimizan la problemática de género, nos planteamos la
necesidad de enfrentar las diversas formas de la violencia desde la
creatividad. Desde la escritura.
No fue difícil encontrar 100 escritoras que quisieran enfrentar el
desafío de contar una historia en 150 palabras. Algunas se disculparon
por su poca familiaridad con las formas brevísimas y otras,
lamentablemente, llegaron después de la fecha límite de recepción. Esto
demuestra que son varios cientos las escritoras de nuestro país y deja
manifiesta otra forma de violencia de género: la invisibilización de la
creatividad de mujeres (…)
(…) Agradezco desde ya la confianza y la ternura de creer en este
pequeño libro, de ser en las otras que no somos a través de las
palabras, de jugarse en estos microcuentos, en estas ráfagas de ficción
súbita donde cada letra cuenta, y cuenta. Pía Barros
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