NIEBLA MIEDO EN GOTHAM
Jim Gordon toma
su café (amargo) y espera a Batman. Tiene miedo. Es tan común que es
como el frio, o la lluvia. Algo de lo que te proteges pero que es,
simplemente, más grande que uno mismo. Niebla miedo en Gotham, se dice.
Entre sus dedos un frasco. Una antitoxina contra los químicos del
Joker. Extrañamente no viene de industrias Wayne, no se lo ha dado la
sombra oscura que protege la ciudad. Un médico. Las pastillas
son amargas. No más juegos del psicópata.
Está a salvo. Limpio. Desintoxicado. Por ello el miedo. ¿Sabe la
cantidad de alucinógenos que nos daba el maldito payaso? No sólo risas
forzadas sino el aire negro de la ciudad, los edificios desmesurados,
la lluvia permanente que no cesa. Jim Gordon toca el metal,
mira la luz que proyecta al cielo, tiembla. A salvo. No más
sueños. Espera, en vano espera y lo sabe. Batman ¿Sabes con qué nos
enveneno el Joker? ¿Sabes qué sombra nos convenció que era real? Batman
¿sabes que nunca responderás ya a la señal?
B/N
Los televisores de bulbos no desaparecieron. Los arrumbaron por
estorbosos, pesados, con sus enormes cinescopio y nada que pareciera un
control remoto. Los he ido rastreando, uno a uno. Pocos saben que
funcionan aún.
Que basta con encenderlos para ver noticias de un presente que no es.
Uno en blanco y negro, en donde hay robots de aluminio, naves
espaciales con remaches de metal, palancas y gruesos botones que
parpadean. Las computadoras ocupan una habitación entera y se comunican
con largas tiras de papel perforado. La sintonía se pierde, una imagen
es seguida por mil horas de estática, pero una imagen es suficiente.
Tarde días, semanas, años buscándolas.
Hasta ayer cuando me vi, pantalla adentro, asomándome a este mundo.
Qué soledad, tristeza, qué vacío,qué estática, que silencio, qué necesidad vi en ese hombre.
COCINA RÁPIDA
Prisas. Prisas. 12 Invitados. Miró su reloj.
Se había hartado de comer sola, por ello esta cena. Pero el tiempo, el
maldito tiempo. Leyó las instrucciones. Sopa.
Tres cubitos. Añadir agua. Menos mal que se auto calentaba. Pollo.
Sacó el paquete. Marcó en el formateador: Pierna y Muslo. En cocción
frito. ¿Qué más? Frutas. No debía olvidar las frutas. Sacó los tubos de
100% natural y los exprimió en el plato. Sonrió. Todo iba a
salir bien.
Faltaba algo... ¿qué? Estuvo a punto de abandonar la cocina cuando se acordó.
Que tonta. Añadió los invitados en polvo al hidratador, marcó 12 y mientras estaban listos se fue a vestir...
José Luis Zárate (Puebla, México, 1966). Poeta, ensayista, narrador. Ha publicado una larga obra, entre la que destacan: El fin del mundo. Manuel de uso (2012), La máscara del héroe (2009), En el principio fue la sangre (2004), La ruta de hielo y sal (1998), entre otras.
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