LA PASIÓN SEGÚN FICTICIA







LA PASIÓN: SEGÚN FICTICIA (segunda parte)
Relata los procesos de la formación del taller.


(fragmento de un artículo inédito) por Alfonso Pedraza Pérez



LOS PRIMEROS PASOS DEL TALLER:

En Julio de 2001 inicia el foro Marina, donde reside nuestro taller.
Desde su inicio, se estimuló la participación al taller mediante eventos de concursos. El incentivo, que implica competencia, fue bien recibido en el pequeño círculo de amigos: Cada diez días convocábamos a un concurso. La periodicidad elegida, fue buscando dinamizar la práctica de la escritura de minicuento, porque para su creación se requiere, de inicio, un proceso mental, posteriormente una primera escritura y una o más revisiones antes de su publicación en el foro
[i], y que la escritura fuera considerada como un trabajo constante, un ejercicio persistente; como la resolución de un problema que en el ámbito del taller es el tema o ejercicio propuesto en cada convocatoria. En contraste, como afirma Héctor Alvarado, cuando se está en el mundo real, el tema o propósito lo elegirá el escritor. “Entonces, escribir un cuento es escoger un suceso que puede ser único, concreto y cerrado cuya peculiaridad permita desarrollarlo como ficción,"[ii].
Conscientes de los limitados conocimientos que sobre el tema teníamos en el grupo, desde el inicio publicamos un boletín para cada concurso. Elegimos artículos sobre el cuento y minicuento, análisis sobre su escritura y consejos de celebres escritores que iban de Rulfo a Dolores M. Koch, de Cortázar a Lauro Zavala, de García Márquez a Violeta Rojo y así lograr un consenso y un nivel de conocimiento que nos diera, además de lo lúdico, armas para lo artístico. Se enviaron por e-mail a cada uno de los que lo solicitaban.
[iii]
Esto constituye, en nuestra historia del taller, la etapa de la crítica doméstica. Nuestros jurados fueron los mismos ficticianos, los más experimentados y reconocidos. Se llevaron a cabo diecisiete concursos en seis meses de funciones. En poco tiempo se empezó a notar la necesidad de recibir consejo y crítica de verdaderos eruditos del género.

SEGUNDA ETAPA: ENTRADA AL MUNDO REAL DE LA MINIFICCIÓN

La necesidad de elevar el nivel de nuestros escritos nos hizo buscarla con expertos en minificción. Invitamos al Prof. Lauro Zavala quien nos abrió el mundo real del género, y con su aval, el contacto con muchos especialistas quienes en calidad de jurados nos dieron, con sus comentarios, combustible de calidad para atizar durante años nuestra pasión
[iv]. La participación aumentó considerablemente en cada concurso. Hasta cincuenta minitextos en cada evento. Los jurados se hallaron en apuros, por la dificultad de enviar una crítica o comentario a cada uno de los participantes en únicamente los tres días de plazo que les asignábamos para dar su veredicto. Fue necesario restringir a un solo texto por participante y por concurso. Éste incremento en la concurrencia nos revelaba la gran apetencia de participación, no obstante la capacidad de atenderlos se percibía restringida.
En ésta segunda etapa la crítica es externa y de calidad, pero el taller aún no funcionaba como uno verdadero. Tuvo una duración de seis meses y llegó a su fin con el concurso del 1er. aniversario

TERCERA ETAPA: SE FORMA LA TRIPULACIÓN DE LA MARINA.

La dificultad que causó atender la creciente participación en los concursos precisó cambiar la estructura, una que funcionara como un verdadero taller virtual. De entre los participantes más animosos se seleccionaron una veintena, aquellos que ya mostraban conocimiento teórico y práctico en la escritura de minificciones. Con este grupo se crea la tripulación de la marina, que hasta el momento actual realiza las labores más afanosas y delicadas; examinar los textos y prodigar opinión y consejo a los autores participantes.
Los certámenes son mensuales. Los primeros veinte días de participación se destinan a la recepción de minicuentos. Un tallerista para cada uno de esos días atiende la marina: lee, analiza y enjuicia cada una de las minis que solicitan participar. Comenta e instruye a cada autor en el mismo foro en los siguientes días; elige de entre los participantes de su jornada, uno o varios textos participantes que a su parecer tienen calidad y merecen ser mejorados. Entonces, autor y tallerista comunicándose vía e-mail, pulen y aderezan el texto hasta su total satisfacción, y en el día veinticinco del mes la vuelven a publicar en el foro en la denominada “Muestra mensual”. Por último, dicha muestra se envía al jurado mensual para que elija la(s) mejor(es). Su dictamen nos indica qué minitextos reciben el privilegio de aparecer en un lugar de honor, en la cabecera de la Marina, cuya permanencia cambia en forma aleatoria cada día.
A partir de que existe esta modalidad, cosa atrayente, los participantes interesados pueden revisar cada uno de los comentarios y recomendaciones que el tallerista ofrece durante la jornada, no sólo los de sus propios textos. De esa forma pueden hacer un seguimiento de la depuración y progresión de cada minicuento.
Otro de los incentivos, es que ahora es posible participar cotidianamente. Para los ficticianos prolíficos es una bendición tener hasta un texto por día esperando crítica. Para aquellos que no han sido seleccionados en su día de participación, tienen la oportunidad de volver a concursar, con otro tallerista y con el texto ya retocado con los consejos que recibió en el primer intento. Estas ventajas son convenientes para hacerle comprender al participante asiduo que un escritor formal, no espera el llamado de las musas, escribe sus obras de calidad en base al trabajo continuo. Rulfo lo mencionaba, “Cuando empiezo a escribir no creo en la inspiración. El asunto de escribir es un asunto de trabajo”
[v].
Los temas o problemas estilísticos a resolver en cada concurso son elegidos por los jurados en turno, como una forma de estandarización de los textos y su evaluación sea más asequible. Al cabo de los siete años de actividades la diversidad en el listado de temas acaso merece un estudio aparte. De los generales de amor, dios, o locura, a los específicos como la masturbación, el estornudo, el ombligo. De la metaficción ultracorta y los ejercicios de estilo a textos de Alfonso Reyes, a los zaparos rojos. De las pesadillas a variaciones de proverbios. El ingenio y voluntad de recrear lo real y crear lo fantástico no es privativo de los participantes, también lo ha sido de los jurados.
Otro punto importante en los objetivos del taller es la crítica, la que se da y la que se recibe. Para ambas es indispensable el aprendizaje y la madurez que da la práctica. Ha sido la parte más difícil de desarrollar en el taller. Pasar del halago fácil o la descalificación sin bases a una crítica concienzuda y razonada se ha logrado, más no se ha generalizado
En esta etapa actual del taller, ya se aplica una crítica doméstica instruida, respaldada por jurados que tienen renombre y calidad.

[i] La extensión máxima de los mini textos, como supondrá, es arbitraria, y para el foro se consideró un espacio máximo de 1400 caracteres.
[ii] ALVARADO, Díaz Héctor. Del cuento y su escritura. (Ponencia presentada en el homenaje que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 1989 rindió al escritor Edmundo Valadés.) Apareció en “El Cuento. Revista de imaginación” No. 117. Enero-Marzo de 1991.
[iii] Se enviaron un total de 34 artículos en igual número de concursos de la primera y segunda etapa del taller.
[iv] Inicia el día 12 de enero de 2002 con el XVIII concurso y entre los jurados están muchos de los contribuyentes del blog.
[v] RULFO, Juan. Una verdad aparente. Apareció en la revista “El centauro”, de Morelia. Tomado en El cuento. Revista de imaginación. Nº 113. Enero-Marzo de 1990.

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