Bestiario. Rolando Ramiro Vázquez Mendoza


RATA
No hay ser más abominable que la rata. Parasitaria, escurridiza y oportunista, la rata es el cáncer del planeta y, muchas veces, el espíritu de los muertos inconformes, aquéllos que juegan a escondernos las cosas. Ha ocasionado serios daños demográficos en varios momentos de la historia por su capacidad patológica de cada uno de sus finos estambres. Se adapta fácilmente al nuevo ecosistema que se le imponga, desde pastizales solares hasta ríos metálicos. Este pequeño animal viaja sobre los espejos de cloacas donde mira con nostalgia el deseo de no ser discriminada por su otro complementario, que vive en las superficies civilizadas. La pobre rata tuvo el triste destino de dominar las entrañas de la tierra.

ZOMBI
¡Brains…!
Plants vs. Zombies

El zombi, carente de todo pensamiento racional, de cualquier forma profunda de abstracción, inmiscuido en una civilización bárbara ajena a la nuestra e incluso de espíritu violento, siempre procura a los suyos en la constante hostilidad del mundo. Un zombi no pelea por la comida, siempre comparte el pedazo más nimio con el resto de su horda. Pese a todo, los zombis viven en un complejo estado comunista donde todo es para todos; desde las uñas hasta la pupila de su cena, la que devoran con melancólica ausencia de ojos. Otra característica increíble de esta bestia errante sobre el planeta, especie en propagación, es su interesante ideología opuesta a la tendencia pragmático-materialista que predomina en la mente humana, idólatra de la acumulación de objetos y riquezas. Los zombis se concentran en los parámetros de la cadena alimenticia sin ver a los lados, se posicionan en la cima carnívora –con sus excepciones herbívoras– y se conforman con las pequeñeces de la ¿vida?


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