Nuevas voces en la microficción
Leandro Hidalgo. Mendoza, Argentina. Sociólogo y escritor. Su tesis de licenciatura en Sociología fue: “El Género literario microficción. Su lugar en el Campo literario. Sus relaciones, sus estrategias, su surgimiento”. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo. La codirección estuvo a cargo de la Dra. Miriam Di Geronimo. Agosto, 2009. Ha obtenido premios en Narrativa Provinciales y Nacionales, y publicado en revistas de Mendoza y España. Sus microficciones han sido recogidos en antologías, diarios y páginas web.
Ovillo
Cada uno de nosotros en cada una de las puntas y desde ahí empezamos a tirar de la madeja en direcciones opuestas. Era extenso aquel ovillo hasta que quedó tensa la lana, cada uno en un lugar distante de cada uno, con una sola mano ocupada en sostener el extremo de un abrigo que no pudo ser.
De sexo I
La llamaría ni bien llegara a casa para proponerle todos mis deseos, que me saldrían de la boca atropellándose, desvistiéndose a mitad de las oraciones. Pero antes debería llegar a casa. Y este viaje ha de ser bastante largo. Desde luego, necesitaría un cuerpo de hombre adulto o un cuerpo de hombre o un cuerpo a decir verdad. Es imprescindible nacer, me dice un viejo fantasma que en nada lo conmueve mi sexualidad prematura.
Deseo
Jamás ha visto el mar pero le han dicho que es como el cielo diáfano. Entonces trepa a una silla y estira los brazos, y nada, y entonces cierra los ojos además, y se le mojan las manos.
Misterios
Debo confesar que cuando nos vimos en malla comencé a ser más amable con ella. Inversamente, ella emprendió un catalogo de indiferencias, primero a cuentagotas y luego del todo. No hay dudas: la playa separa lo que el café une.
Impedimentos
Los grandes peces multicolores que aparecieron en bikini sobre la arena, no nos dejaban ver a las muchachas que nadaban desnudas tan cerca de la costa.
Las agnósticas
Las jirafas hacen silencio allá en lo alto. Dios les creó esos cuellos extensos para vigilar los discursos agnósticos y materialistas de esas descreídas.
Lo que somos
Todas las ciudades tienen su zoológico. A menudo los hombres necesitan recordarse lo que no son.
Ovillo
Cada uno de nosotros en cada una de las puntas y desde ahí empezamos a tirar de la madeja en direcciones opuestas. Era extenso aquel ovillo hasta que quedó tensa la lana, cada uno en un lugar distante de cada uno, con una sola mano ocupada en sostener el extremo de un abrigo que no pudo ser.
De sexo I
La llamaría ni bien llegara a casa para proponerle todos mis deseos, que me saldrían de la boca atropellándose, desvistiéndose a mitad de las oraciones. Pero antes debería llegar a casa. Y este viaje ha de ser bastante largo. Desde luego, necesitaría un cuerpo de hombre adulto o un cuerpo de hombre o un cuerpo a decir verdad. Es imprescindible nacer, me dice un viejo fantasma que en nada lo conmueve mi sexualidad prematura.
Deseo
Jamás ha visto el mar pero le han dicho que es como el cielo diáfano. Entonces trepa a una silla y estira los brazos, y nada, y entonces cierra los ojos además, y se le mojan las manos.
Misterios
Debo confesar que cuando nos vimos en malla comencé a ser más amable con ella. Inversamente, ella emprendió un catalogo de indiferencias, primero a cuentagotas y luego del todo. No hay dudas: la playa separa lo que el café une.
Impedimentos
Los grandes peces multicolores que aparecieron en bikini sobre la arena, no nos dejaban ver a las muchachas que nadaban desnudas tan cerca de la costa.
Las agnósticas
Las jirafas hacen silencio allá en lo alto. Dios les creó esos cuellos extensos para vigilar los discursos agnósticos y materialistas de esas descreídas.
Lo que somos
Todas las ciudades tienen su zoológico. A menudo los hombres necesitan recordarse lo que no son.
4 comentarios:
Hola, Leandro. Me gustan mucho estos microrrelatos tuyos, sobre todo Ovillo, Deseo, Misterios y Las agnósticas. Tuve oportunidad de escuchártelos leer en la mesa de lectura que compartimos en las III Jornadas de Minificción en Español y en Inglés. Nos leemos, Mariángeles
¡Bien eso, Leandro! Me gustaron tus textos, que ya habías leído en Rosario. Fuerte abrazo.
Juan!! ojalá mis textos sean una partecita aunque sea, de lo que son los tuyos. Leo tus minificciones donde pueda, y trato de aprender. también de las de orlando e ildiko.
Gracias. Al igual que a Mariángeles, nos leemos!!
un abrazo desde mendoza.
sos un super microrrelatista
gracias por tu ficción
Publicar un comentario