Tres de Nicolás Ferraiolo

La Histeria se repite
 Dios invitó a Moisés a golpear la piedra, de ahí saldría el agua que calmaría la sed de los israelitas. Moisés, resueltamente, salió al encuentro de éstos, golpeó dos veces y brotó la saciedad. Pero quién sabe por qué, luego de hacerlo como Dios manda, Yahvé se enfurece con Moisés; en castigo nunca pisaría la Tierra Prometida. Los cabalistas jamás se explicaron esto.
Sofía invitó a David a tomar una cerveza, de ahí saldría el encuentro que calmaría la sed de su enamorado. David, resueltamente, la llevó a la intimidad, le hizo dos veces la propuesta y brotó la saciedad. Pero quién sabe por qué, luego de hacerlo como Dios manda, Sofía se enfurece con David; en castigo nunca volverían a verse otra vez. Los amigos de David jamás se explicaron esto.

La Paradoja
 Lo obsesionaban tanto las paradojas que un día comenzó a atormentarse por componer una. Recordaba la del Quijote, la del barbero de Russell. Buscaba estructuras comunes en fórmulas de una lógica poco entendida. Conforme pasaba el tiempo y la paradoja no salía, decidió suicidarse.
Debatiéndose entre la melancólica necesidad de una carta y el odio a su familia por haberlo parido idiota, escribió rabioso, alienado, sin pensarlo, solamente: “esto no es una nota de despedida
Lo descubrió segundos antes del impacto con el suelo.

Limpieza
 Soy una buena y limpia persona. No sé de qué se me acusa
¿Qué?, no señores: las pastillas psiquiátricas nunca me funcionaron. Tampoco: el cianuro es doloroso. Menos: si me tiro al río sé nadar. No, en mi casa me iban a ver sobre el suelo, todo ensangrentado. Un horror ¿Tirarme bajo el tren?, iba a traumar al pobre conductor ¿Por el balcón?, un bebé podría pasar por ahí. Verán que me preocupo por los demás. Yo soy una persona correcta, limpia, señores. Pero aquel día, en aquella cama, cuando descubrí que la vida monogámica le era tan imposible a mi novia... desde ese día sólo deseo suicidarme.
¿Que por qué no me maté ahí, en lo de esa? Para que la encargada no tuviera que limpiar toda esa inmundicia. No señores, no dos veces en un mismo día.



1 comentarios:

Unknown | 23 de octubre de 2010, 13:03

Excelente, especialmente el ultimo, es impecable.

Ale

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