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Para llorar. Vicente Huidobro

                        
Es para llorar que la vida es tan corta 
Es para llorar que la vida es tan larga  
...
La muerte está atornillada a la vida
Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar
Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada
Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria
Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable
El viento abre los ojos de los ciegos
Es para llorar para llorar
... 
Es para llorar que la muerte es tan rápida
Es para llorar que la muerte es tan lenta

En El ciudadano del olvido, 1941

 
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Breves noticias sobre mujeres perdidas. Triunfo Arciniegas. (vía Letralia)


Tomado de Letralia. Tierra de Letras. 





El ángel del abismo
Aunque nadie es testigo, se sabe que el ángel desciende alguna noche a la ciudad y señala con su aliento ciertas casas. Deja un reguero de plumas desde las puertas hasta el borde del abismo. Las vírgenes van recogiendo una a una todas sus plumas, disputadas al viento, y, con el manojo apretado contra el pecho, saltan al vacío.

Otra
No me creía capaz de entregarme a otro hombre. Su vanidad de amo y señor le impedía aceptar que deseara un cuerpo que no fuera el suyo. No sé si por retarlo o por herirlo, le abrí las piernas a un hombre después de una fiesta. Me sumergió en los placeres más oscuros, lamí y bebí su miel, acepté todo y aun supliqué más. Una experiencia tan intensa y perturbadora que cuando volví era otra. Debo confesar que le gustó la otra.

Leyenda
Los colibríes escapan de la boca de las niñas del convento.

La cosa
Sucedió en el cine, mientras gritaba de miedo. Lo traje a casa, perturbada. Creció dentro de mí monstruosamente y luego me desgarró.

Criatura
De mí heredó la belleza, y de su padre, los colmillos. Lo mantengo a salvo, en el sótano, porque reconozco que ambas herramientas son mortales.

Sirena
1
Por Facebook me pide fotos desnuda, y sólo he podido enviarle algunas de la cintura para arriba.
2
Le fascinan las fotos de mis pechos. ¿Qué dirá del resto de mi cuerpo?
3
Me duele que, cuando le enseño mis pechos a través de la cámara del Messenger, se le escurra la baba imaginando la belleza de mis piernas.

Poética con filo
Al amanecer, la mujer del carnicero afila los cuchillos.

Registro mortal
Tres mujeres y su madre, todas bellas, muy silenciosas, dulces y amables, habitan la casa y a menudo reciben huéspedes. Ninguno ha salido con vida.

Transmutaciones
El hombre no le creyó cuando la mujer dijo que no era de este mundo. Pero quedó absolutamente convencido cuando empezó a desnudarse.

Horóscopo
Corro desbocada a la puerta y no es más que otro imbécil que se equivocó de dirección.

El hombre bala
Detesto esa manía de confundir los espacios. Su arrojo, su velocidad, su puntería, arrancan merecidos aplausos en el circo. Mi marido no entiende que en casa debe tomarse las cosas con calma. Entra y estalla dentro de mí en cuestión de segundos.

Últimas palabras
A punto de morir, mi madre hizo un gesto para que me acercara y susurró en mi oído: “Olvidé bajarle fuego al arroz”.

Cold case
Es un vil asesino de mujeres, buscado con saña y jamás hallado, porque se mantiene en el fondo del espejo.

Vida salvaje
La niña atrapó al insecto de un zarpazo y lo devoró en un santiamén.

Herida
La vi al fondo del cuarto, sentada en un catre de soldado como una enferma que espera el desayuno, con los pechos al aire. Me acerqué despacio, sorprendido y curioso. Había envejecido. Sus cabellos largos, grises, cubrían gran parte de su cara. Sus teticas de perra daban lástima. Me reprochó que la hubiese olvidado. Alegué un problema con el mecánico y me senté a la orilla de la cama. “Todavía eres un niño”, me dijo. Pero sé que también había envejecido. O tal vez no se refería a mi cuerpo. Traté de precisar los años de la ausencia que comenzó una tarde de llanto en el Hotel de las Palomas y busqué con la mirada un calendario. No había un solo cuadro en las paredes despintadas. Le pregunté si quería que cerrara la ventana y dijo que prefería los ultrajes de la luz. “No soy más que una herida”, dijo. Me acercaba para besarla en la boca cuando desperté. Me levanté a beber agua.

http://www.letralia.com/ciudad/arciniegas/100217.htm
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La búsqueda del verbo áureo: acerca de la ficción breve de José Donayre Hoefken. Christian Elguera Olórtegui

En cierta oportunidad, Harry Beleván, hablando sobre el microrrelato en el Perú, reconocía la nula atención que este merecía por parte de la crítica “especializada” como modalidad expresiva, singular y autónoma, dentro de la narrativa nacional. En los últimos años el panorama no ha variado mucho; si bien cierta proliferación del género expresa fecundidad, todavía se carece de una teoría o tan siquiera de una línea historiográfica. Hallamos así contados intentos por trazar una tradición como las antologías Giovanna Minardi (Breves, Brevísimos. Antología de la minificción peruana), Ricardo Sumalavia (Colección minúscula. Cinco espacios para la ficción breve). De dichos trabajos advertimos una prolífica escritura breve, mas una endeble recepción crítica. Tenemos así una serie de obras y autores que deberían ser debidamente investigados: Valdelomar y sus Neuronas, Aforísticas de Antenor Orrego, Memoranda de Manuel González Prada, El libro de las parábolas de Alberto Guillen, el Vallejo de Contra el secreto profesional, Enrique López Albújar y sus Calderonadas; la generación del 50 que, acorde con sus intereses de renovación y exploración de la prosa, así como por la influencia de Cuentos brevísimos y extraordinarios de Borges y Bioy, dio mayor cultivo a esta modalidad , destacando así: El avaro de Luis Loayza, Un cuarto de conversación de Manuel Mejía Varela, Los dichos de Luder y Prosas apátridas de Julio Ramón Ribeyro, Sinlogismos de Sofocleto (Luis Felipe Angell), las diversas publicaciones en periódicos y revista de Luis León Herrera y José Durand, Felipe Buendía y Manuel Velásquez, y recientemente Cuentos Brevísimos de Carlos E. Zavaleta. Igualmente tenemos Monólogo desde las tinieblas de Antonio Gálvez Ronceros, Alforja de ciego de Jorge Díaz Herrera, Cuentos sociales de ciencia ficción de Juan Rivera Saavedra durante los 60. Por su parte, destacan los nombres de Ricardo Sumlavia, Fernando Iwasaki, Isaac Goldemberg, Lucho Zúñiga y Daniel Salvo, entre los principales autores contemporáneos
A esta tradición hemos de inscribir Horno de reverbero de José Donayre Hoefken (Mundo Ajeno Editores, 2007), mandala textual de reflexión erudita, ensayos y/o aforismos, acordes con un estilo ya característico del autor –barroco, poético, onírico, que le ha hecho incomprensible para muchos– manifiesto desde su ópera prima La fabulosa máquina del sueño (Mercado Consultora Publicaciones, 1999) y su cuentario Entre dos eclipses (edición del autor 2001 y 2007). El conjunto que conforma Horno de reverbero responde a una lógica que permite un corpus organizado: la lógica de la ficción en transmutación con la realidad, ficción que creando mundos posibles la percibe ampliamente, la denuncia y aturde. La ficción de Donayre se convierte así en una apertura hacia la diversidad, pero una diversidad que planea ser el espejo de nuestra oscuridad, a la manera de un Lautréamont, un Adamov; consolida, además, la visión del juego, el talante subversivo y el esteticismo.

Horno de Reverbero presenta tres características plausibles: a.-) la prosa esteticista, b.-) la reflexión existencial que coloca al autor en las líneas del Loayza de El avaro, el Borges de los ensayos breves, el Niezstche y el Kafka de los aforismos, y c.-) un desideratum alquímico del texto, englobador de las anteriores y que llevará al autor a dilucidar sobre la concepción de la obra literaria, sea como en “[51] Ataraxia”, un muro en blanco, epifanía del reencuentro del hombre consigo mismo donde “para el ser sereno es irrefrenable gritar textualmente con pinturas extravagantes sus delirios ultramundanos” (75); como un relato “(…) lineal, directo, descarnado” (68) en “[46] Anafrodisia”; un titubeo como en “[66] Anagoge”, “(…) en el límite de lo permanente y lo efímero” (95). Este criterio elimina cualquier juicio acerca de HR como una obra pesimista, pues lo que justamente busca es abrir nuevas perspectivas que permitan pensar lúcidamente la realidad, en su unificación con la ficción, en la correspondencia de lo divino con lo humano, en su carácter plural, esto es, conocerla despojada de burdas apariencias y dicotomías, a fin de trascenderla. Estas características convierten a Donayre Hoefken en una pieza clave de la literatura peruana contemporánea, lamentablemente aún incomprendida. Su prosa, escrita con precisión y belleza poéticas, bajo un ritmo excepcional y desacostumbrado en nuestras letras (manifestar algo volviéndose contra su materia prima, a fin de emerger sus potencialidades y purificarlo a la usanza de los alquimistas fusionando los metales en un horno de reverbero), nos transmite con su imaginación el contagio de todo buen libro: la ventofilia hacia la vida, la energía para sacudir, para atacar a la conciencia pública, al mundo endurecido, helado, esquematizado.

***

Ars Brevis (Mesa Redonda, 2008) nos invita a exceder la fría e incolora verdad, toda superficie. La lectura del texto significa así una exploración por las ventosidades humanas: regiones, sórdidas, misteriosas, mundanas, material del cual Donayre extrae una escritura áurea. Esta perspectiva no trata de incidir en escenarios extraordinarios, sino presentar una nueva mirada de la realidad nuestra, mirada aguda y ficcional, en la cual se desarrollan cada uno de los textos a través de temas fantásticos, eróticos y existenciales. Pero, sobretodo Donayre, con AR, no sólo nos ofrece un libro de ficción breve más, sino que establece una poética de la brevedad, empresa que también llevaría a cabo en Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana con el texto “Tractatus sobre la brevedad”.

El texto de Ars Brevis que, a nuestra consideración, esboza de manera coherente el hacer de la escritura breve lo encontramos en “Arte breve” –por cierto, el último de la colección– donde la brevedad es relacionada con el silencio y la oscuridad: “… el silencio y la oscuridad que sobreviene naturalmente al arte breve” (p. 106). Esta relación destaca el hermetismo y los vacíos que fecundan la significación de la ficción breve, así como su carácter de pliegue entre el decir y el no decir, entre la vida y la muerte. La circunstancia se complejiza cuando la brevedad es relacionada con el instante de la revelación, se trata de un período reducido y no obstante, denso y complejo, así se nos dirá: “aquella oportunidad perentoria que da la vida como homenaje a sí misma en su momento extremo e improrrogable, a poco de trasponer la frontera de su inquietante término” (p. 106).

Asimismo, en este texto Donayre nos ofrece su concepción sobre la escritura al ofrecernos una lectura alternativa de un pasaje de la vida de Ramón Lull. Este, a través de sus diversas Ars, y específicamente, en este caso, su Ars Brevis, trabajó en la búsqueda de la veracidad; no obstante, Donayre nos lo presenta consciente de su error, el cual desea corregir al construir una máquina más, “una mejor: una que, lejos de manipular la verdad, iba a mostrar a esta como un colorido vitral en movimiento”. Destáquese así que la presencia de Lulio, la cual es el leiv motiv del presente libro no se debe nuestra a la similitud de títulos (pues Lulio escribo también un Ars Brevis), tampoco al vinculo alquímico (tema que como vimos en Horno de Reverbero resulta esencial para la comprensión de nuestro autor), sino al carácter de respuesta que el Ars de Donayre manifiesta frente Ars de Lulio, establecida a partir de una afirmación de la vida que se desarrolla en diversas variantes: lo fantástico, lo mundano, la ficción ante la verdad, esto es, lo que constituye ese colorido vitral en movimiento del texto, y lo que Donayre ha trabajado a lo largo de Ars Brevis: la presentación de un mosaico de personajes y situaciones heterogéneas entre sí, un dinamismo. Se trata así de una afirmación de la vitalidad, de la mundaneidad, pero también de una conciencia de nuestra tragedia existencial, de nuestro exilio terrenal.

***

Consolidando su escritura por la senda de la brevedad, con verbo puntual y hermético, José Donayre nos ha ofrecido recientemente haruiko & ginebra, novela brevísima en doce partes (edición del autor, 2008; Muro de Carne, 2009), libro presentando en la Feria Internacional del Libro de Lima (Perú, 2009). En ella logra el autor, a través de los segmentos que integran el conjunto, la hondura y enredadera de cualquier novela amplia. De esta manera asistimos a un dominio de la concisión, capaz de abandonar las estampas o tono reflexivo por un tejido argumental que nos traslada a las peripecias del amor: el reconocimiento, las diferencias, las dudas, los conflictos.

La novela dentro de la carrera de Donayre aparece con notoria preeminencia ya que en ella ya no nos enfrentamos a la estructura laberíntica y espíritu surrealista de La fabulosa máquina del sueño, o al estilo imbrincado y barroco de Horno de reverbero. Ahora, esto tampoco nos ubica en la sencillez formal, en el carácter mimético y ordenado de La trama de las moiras, sino que Donayre sigue manteniendo aquí, fiel a su estilo, la tendencia hermética, ofreciéndonos la misma densidad y oscuridad de la significación textual, pero con una particularidad destacable: la formalización de la expresión a través de un verbo límpido y desnudo, templado; la experimentación con el lenguaje, haciéndolo producir ventosidades con una forma diáfana, a la manera de un Guillén. Apreciemos lo dicho en el siguiente capítulo:


MÚSICA INCIDENTAL

haruhiko dobla tres veces el papel. en su mensaje diferencia la sutil frontera entre placer y gozo, la deleznable relación de implicancia entre sumisión y sometimiento.

ginebra tuvo la certeza de que haruhiko se ha entregado, por fin, al ejercicio de describirla, al artificio o rapto de hallar los epítetos necesarios y suficientes para capturarla.

en el papel, haruhiko consigue lo que muchos especialistas en tejer historias no logran durante años. se trata de siete frases. apenas dos párrafos. treinta y dos palabras sobre un papel doblado tres veces. apenas un asomo de verdad que establece la distancia, efecto y diferencia entre un hombre que ama y una mujer poseída por la idea del amor.


Como hemos podido apreciar para Donayre cada elemento del texto responde, a la usanza de Poe a una exacta necesidad de composición. Destacamos en tal medida el subtítulo, “novela brevísima en doce partes”. Ante juicios que podrían considerar dicha aclaración como un banal antojo, sostenemos que con ella retoma el autor la condición lúdica de la ficción con la que ya había descollado en Horno de revebero. Se trata así de una provocación a las pretensiones de las “clasificaciones” de la obra, que la tratan como un armatoste al que se ha de colocar un código de barras. En tal sentido haruiko & ginebra se convierte en una oxigenación y crítica a dicho lastre, otorgándole a la obra el rango de autonomía y libertad que le son intrínsecos. Por tal motivo, así como con el arcaísmo y el neologismo que renueva el léxico, ahora Donayre insta a una acuciosidad investiga, a un replanteamiento de las categorías literarias, sumando al problema teórico del microrrelato una original propuesta: “la novela brevísima”.
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Ficticia en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Mineria

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Semana de la minificción en Rosario


http://teatrodecuentos.blogspot.com/2010/02/semana-de-la-minificcion.html
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PREMIOS EL LIBERAL

EL LIBERAL premia las mejores letras santiagueñas y regionales

Estos son los Microrrelatos que ganaron el concurso organizado por el diario El Liberal de Santiago del Estero.

Después de un largo y arduo trabajo de selección, el jurado del Certamen Literario Regional de Narrativa y Poesía, determinó las obras ganadoras en los rubros Cuento Tradicional, Microrrelato, y Poesía.
En el rubro Microrrelato, se concedió el primer premio a “Seis días después”, de Roberto Alfonso Uñates (pseudónimo: Adolfo); el segundo a “Uno en seis tiempos”, de Rodolfo Martín Bunge (Pachacutec); y el tercero a “Circo inverso”, de María Fabiana Calderari (Acantilado). Además, se otorgaron dos menciones especiales: la primera a “El mejor beso”, de María Pía Danielsen (Miss Sarajevo); y la segunda a “El horror de Medusa”, de Andrés Alfredo Navarro (Johana Mazza). Todos de Santiago del Estero.
Los integrantes del jurado, Dra. Hebe Luz Ávila, Licenciado Hugo Rubén Campos y Dr. Antonio Jesús Cruz, resaltaron el excelente nivel de las producciones en este rubro.

1º Premio - Seis días después
Estoy aburrido… hago hombre.
Hombre deambula. Hombre se aburre. Hago mujer. Hombre conoce a mujer. No había muchas opciones. Se enamoran. Tienen hijos (porque sin amor no hay hijos). Les digo que pueden comer. Y qué no pueden comer. Si comen saben. El que sabe se va. Aparece tercera en discordia. Mujer come. Mujer sabe. Le da de comer al hombre. El hombre come. El hombre ahora sabe. Me hicieron enojar. El que sabe se va. Pobres, no es culpa de ellos. Igual los corro, no vaya a ser cosa que aprendan a pensar. No van a creer en mi… espero que no sepan ya demasiado.
Pseudónimo: Adolfo
Autor: Roberto Alfonso Uñates
Santiago del Estero
2º Premio - Uno en seis tiempos
Hubo un tiempo en que todo era un caos. En otro tiempo apareció la luz gracias a una tremenda e inimaginable explosión. Pasaron dos tiempos y millones de átomos se unieron en sincronía perfecta para que yo se los pudiera contar. Seguramente en otro tiempo, estaré disperso por el universo esperando otra explosión para ver nuevamente la luz.
Pseudónimo: Pachacutec
Autor: Rodolfo Martín Bunge
Santiago del Estero
3º Premio - CIRCO INVERSO
El famoso circo Comédie aterrizó en la ciudad a mediados de enero, instalándose en un baldío de
la zona sur. Aquel armatoste policromo reunió a todos los personajes del lugar. Los payasos llegaron entusiastas, con sus trajes calandrados y las graciosas narices. Se ubicaron en los asientos de las primeras filas. Cargando famélicos animales domesticados, arribaron los domadores. Sus torsos desnudos ensombrecían la figura esmirriada de los trapecistas. Ocuparon,
unos y otros, las gradas más altas ubicadas en la carpa. Algunos enanos escabullidos por debajo de los toldos, se distraían enmelándose con copos de azúcar. El anfitrión del espectáculo, un mago
lenguaraz, inauguró la ceremonia. Lentamente el jolgorio expandía un contagioso embobamiento.
Los aplausos estruendosos resonaban como viento, instando el comienzo del entretenimiento. En
medio del escenario, sumido en la más profunda soledad, el público. Monótono. Sin destrezas. Encarcelado en sus máscaras. Esbozando insulsas sonrisas. Las ovaciones se convirtieron en chiflidos inarmónicos. Los espectadores se retiraron desconcertados, ante el fracaso de la función.
-Esta gente ha perdido la magia de mostrarse tal cual es -observó un conejo saltando de su galera. Una contorsionista anciana, conocida por sus facultades intuitivas, exclamó frunciendo el ceño: -¡Públicos, eran los de antes!.
Pseudónimo: Acantilado
Autor: María Fabiana Calderari
Santiago del Estero
1ª Mención - El mejor beso
¿Puede el aire transformarse en arena, densa correntada que con bravura inunda mi pecho? ¿Volverse tan, pero tan pesado, que apenas respirar levemente demande ahogos y suspiros sin freno? Tal vez tu aliento se volvió llamarada que penetra e invade las cavidades de mi cuerpo, transformándolo en antorcha viva, consumiéndolo en ardores profundos, rojos de fuego. Entonces, es tu boca, llena de urgencias, la que recorre mis labios sumisos al deseo y dibuja, con pasión infinita, el mejor beso.
Pseudónimo: Miss Sarajevo
Autor: María Pía Danielsen
Santiago del Estero
2ª Mención - El horror de Medusa
“Lo que despierta horror en uno mismo también ha de producir idéntico efecto sobre el enemigo al que queremos rechazar.” Sigmund Freud
La imagen de la cabeza de Medusa hizo que la Paca se despierte horrorizada. De un salto se levantó y fue hasta el baño. Tal vez por la perturbación orinó parada. Se lavó las manos. Se enjuagó la cara. Creyó que todo había pasado, pero al mirarse en el espejo y contemplar su trágica verdad, sucumbió otra vez en el horror. Sin saber por qué, como en un acto apotropeico, repitió: Perseo no está aquí, Perseo ya no existe. Volvió a acostarse. Esta vez soñó con su madre y él que le decía: no te preocupes mamá, yo me encargo de todo.
Pseudónimo: JOHANA MAZZA
Autor: Andrés Alfredo Navarro
Santiago del Estero
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Tercer concurso regional (zona Caribe) de Minicuento "Andrés Elías Flórez Blum"

Universidad de Córdoba
Facultad de Educación y Ciencias Humanas
Departamento de Español y Literatura
Bienestar Universitario -Área Cultural-
Grupo de Investigación en Literatura del Caribe –Gilc-

Convocan al TERCER CONCURSO REGIONAL –ZONA CARIBE- DE MINICUENTO
“ANDRÉS ELÍAS FLÓREZ BRUM”

Bases:

1. Podrán participar todos los autores nacidos en la Costa Caribe Colombiana.
2. Enviar una selección personal de cinco (5) minicuentos inéditos y/o publicados (en este caso, citar la fuente). No premiados anteriormente en concursos.
3. Enviar versión digital de la selección en archivo adjunto (formato Word, letra Times New Roman # 12, escrita a un espacio y medio), al correo electrónico: minicuentocaribe2010@gmail.com Por el mismo medio será confirmada la recepción del envío.
4. Cada minicuento debe tener un máximo de una cuartilla (página tamaño carta). Si esta extensión se sobrepasa, el concursante quedará automáticamente eliminado.
5. En otro archivo adjunto, enviar los siguientes datos del autor: nombres y apellidos completos, copia de la cédula de ciudadanía, ciudad de residencia, dirección postal, número telefónico, celular, correo electrónico.
6. El fallo del concurso se hará público durante el Tercer Encuentro Regional –Zona Caribe- de Minificción, el día 3 de junio de 2010, en el auditorio cultural de la Unicórdoba.
7. El jurado estará conformado por tres especialistas nacionales.
8. El fallo será inapelable. En consecuencia los organizadores no brindarán explicación sobre el fallo.
9. Premios: el ganador recibirá un premio de $ 1.500.000, el segundo puesto recibirá $1.000.000 y el tercer puesto $500.000.
10. El concurso queda abierto a partir de la publicación de esta convocatoria (14 de febrero) y se cierra el día 5 de mayo de 2010. Después de ese día no se aceptarán participaciones.
11. Para efectos de publicación, todos los participantes ceden sus derechos de autor a la entidad organizadora del concurso, la cual podrá disponer en cualquier tiempo de los textos enviados por los concursantes.
12. Los minicuentos ganadores y los finalistas se publicarán en un libro impreso (antología) y se darán a conocer en el blog http:// riodeminificciones.wordpress.com y en la página web www.unicordoba.edu.co

* Director: Rubén Darío Otálvaro Sepúlveda.
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Tres de Guillermo Bustamante Zamudio


 















Juego genial
Las enciclopedias constatan la inconsistencia de las versiones sobre el nacimiento del ajedrez. Queda claro que no tuvo un origen único y que, gracias a un proceso de transformación constante, llegó al estado en que hoy lo conocemos, con sus ingeniosas e infatigables posibilidades.
Una de las mutaciones es la desaparición de una pieza y sus funciones específicas. Hoy sabemos de parejas de alfiles, caballos y torres, además de peones, rey y dama. Pues bien, parece que, entre el alfil y la dama, antes existía otra pieza: el gato. Uno solo era suficiente.
El gato no tenía reticencia en orinar el vestido de la dama, desobedecer al rey y hacer mofa de la solemnidad del alfil. Empujaba a los peones en formación, arañaba al caballo y cazaba pájaros encima de las torres. Era muy difícil sorprenderlo en la contienda. Debía ser eliminado siete veces. No avisaba jaque. Tomaba piezas en cualquier dirección como resultado de perplejantes saltos acrobáticos. En el gato del otro bando no veía un enemigo: era frecuente encontrarlos en rochela hacia el centro del tablero o remoloneando a la sombra de las piezas vencidas en batalla.
Tan maravillosa pieza del ajedrez se sacrificó, no sin sonoras quejas —y pese al respeto que culturas orientales brindan al animalito—, a nombre de la seriedad que hoy caracteriza al juego. 
Nunca es tarde 
Caperucita estaba aburrida de que, cada vez que un lector toma el libro y lee, termina primero baboseada y después despedazada por el lobo, saliendo finalmente a través de una chapucera autopsia de cazador. Para acabar con este ciclo infernal, convenció a una amiguita de hacer sus veces y presentarse en la escena de marras con la canastilla munida de manjares. La abuela estaba muy viejita y no notaría la diferencia; le prometió cierto favor como recompensa, una vez la sencilla misión fuese cumplida. 
Quiso verificar personalmente el desarrollo de los acontecimientos. En su momento, oyó los infantiles gritos que en el libreto marcaban, primero, la infructuosa negativa de Caperucita a dejarse comer por el lobo y, luego, la disposición de la niña en bocados convenientes a las costumbres de mesa de estos carnívoros.
Sólo entonces, contenta, Caperucita cogió su propio rumbo, con la deriva que suele caracterizar a un actor desempleado.


Comprensibilidad

Y díjole Yavé a Noé: “Hazte un arca de maderas resinosas, divídela en compartimentos y calafatéala con pez por dentro”. Noé no entendió nada. Temía preguntarle al Señor, pues como no ostentaba muy buen genio, podía repetirle la misma frase con doble signo de admiración. Optó por ir al diccionario; allí encontró que “arca” es cofre. Esto lo alentó: debía hacer un cofre de maderas resinosas para meter allí todos los animales. Raro, pero comprensible. Ahora bien, ¿qué es “resinoso”? Que tiene o destila resina. Buscó “resina”: sustancia sólida o de consistencia pastosa, insoluble en agua, soluble en alcohol y aceites esenciales, y capaz de arder. Las resinas son duras, fusibles, quebradizas, amorfas, de factura concoidea y malas conductoras del calor y de la electricidad. Se originan por oxidación o polimerización de terpenos.
Ahora no sólo no sabía qué eran maderas resinosas, sino que estaba ante un enjambre de palabras igualmente desconocidas: fusible, concoidea, polimerización, terpenos... Aunque desesperado, Noé se empeñó en aprender: fue a cada una de estas palabras, pero el panorama de la claridad se alejaba cada vez más, empujado por docenas de expresiones nuevas, por conexiones desconocidas para él.
Todavía le faltaba entender la expresión “calafatéala”, aunque de “pez”, él sí sabía que se trataba de un animal acuático, del cual no estaba obligado a escoger para meter al arca.
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Ekuóreo virtual

Ekuóreo fue la primera revista del mundo especializada en minicuentos. Harold Kremer y Guillermo Bustamante Zamudio la publicaron en Cali, Colombia, en los años 80.
Con los años se convirtió en una revista mítica, comentada por Edmundo Valadés, Juan Armando  Epple, Raúl Brasca y otros.
En el 2003, Bustamante y Kremer publicaron Los minicuentos de Ekuóreo. Una selección de 100 minicuentos de la revista. (Cali: Deriva). En el 2008 publicaron Ekuóreo: un capítulo del minicuento en Colombia. (Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional/Sociedad Colombiana de Pedagogía), donde ser recogen todos los números de la revista.
Ahora  los siete primeros números de la revista se consiguen en http://mini-cuento.es.tl/Home.htm
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Leves… de Eugenio Mandrini


LA BELLA Y EL BESTIA

Ni bien asomé la cabeza de las aguas y me vio, el carbón de sus ojos comenzó a encenderse.
También yo, al verlo, imaginé por un momento el milagro de que hubiera entre nosotros un entendimiento de los cuerpos.
Vano todo.
Él se alejó, prado lejos. Yo regresé, aguas al fondo.
La contaré entre los míos como una historia de exaltado romanticismo.
La contará entre los suyos como una historia de profunda melancolía.
Aún así, sucesos como éstos me inspiran a mí, sirena, a creer en lo imposible.
Espero que a él, centauro, también.




UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Cada ciego tiene su modo de esperanza entre tinieblas.
Está ese que con su bastón golpea y golpea las sombras hasta que una de ellas, cruja al fin, y sea el comienzo, al menos, de la penumbra.
Está ese otro que sueña un sueño modesto, un sueño de sencilla timidez pero de porfiada tenacidad: sueña ser un cíclope.
Está también el que enciende un fósforo y otros diez y otros cien, muy cerca de su cara, mientras aguarda tenso y con la sangre ardiendo a que, de entre las cenizas de los ojos, surja un humo y después el fuego.
Pero ninguno como aquél que lleva un arma en el bolsillo. Un arma tan milagrosa que si le faltara la vida por razones de un balazo en el corazón, igual lo ayudaría a seguir respirando. Un arma a la que ha de cuidar más que a su perro guía si lo tuviera, y aún más que a sus raciones de sed, de hambre y de cuerpo de mujer. Un arma (como la poesía) cargada de futuro. Por si algún día, en algún momento, de pronto…
Un diminuto espejo.




ES MUY MALA LA TRISTEZA

Malísima, es. Y por eso el recién llegado dijo que la podía curar, que solo él la podía curar. Así fue que lo eligió al Luis, un muchachote de una cara de tristeza sepulcral y de labios del color de las tardes cuando empiezan a envejecer, y lo hizo sonreír. Para ello se valió de un hilo casi invisible de tan fino, con el cual cosió cada comisura de los labios y las unió a cada lóbulo de las orejas. El Luis, su familia y la gran mayoría del pueblo quedaron satisfechos y extasiados con esa sonrisa desmesurada que era como todas las sonrisas a la vez. Solo unos pocos, los escépticos de siempre, persisten en afirmar que, de algún modo, el curador de la tristeza fracasó, porque no supo borrarle de los labios al Luis ese insoportable color de las tardes cuando empiezan a envejecer.




PARAISO

Un grande silencio, una súbita quietud sobrecoge a la selva. A un paso del ciervo acorralado, el tigre suspende el salto. En las altas ramas los monos dejan de chillar, los ojos ardientes como si miraran el fuego. Los pájaros guardan las alas, cosen sus picos. Las hojas callan su acostumbrado susurro. Nadie camina. Nadie salta. Nadie vuela. Nadie se mueve. Nadie respira. Nadie muere. Allí, el colibrí y la flor, copulan.




BREVE HISTORIA DEL FIN DE LOS ANGELES

Todo empezó con aquél ángel expulsado del paraíso y condenado a malmorir como ermitaño en el viento, por haber nacido con tres alas, deformación horrorosa que, al volar, causaba chirrido en los oídos y desilusión en los ojos.
La segunda expulsión fue la de ese otro ángel nacido con una sola ala, desfiguración no menos detestable que aquélla, dado que al volar dejaba en los ojos la mitad de una totalidad y en los oídos un sonido fracturado por irritantes silencios.
A partir de entonces comenzó una larga y escandalosa sucesión de acechanzas y conjuras, que derivó en la disolución de la especie, debido a la comprobación de que todos ellos, ya desde su origen, eran fatalmente discriminables: unos, por sencillamente feos (los había hasta melancólicos, y algunos de labios torcidos por una sonrisa); otros, por definitivamente idiotas: unos pocos, por intelectuales dedicados clandestinamente al estudio del mundo anterior al mundo; y el resto, los más, por ser monstruosamente humanos.


Eugenio Mandrini, poeta y narrador argentino. Entre otros libros publicó Campo de apariciones (poesía) y Criaturas de los bosques de papel (microficción). Como guionista de historias trabajó para su país y el exterior; es Académico Titular de la Academia Nacional del Tango, género para el que escribió los ensayos “Los poetas del tango” y “Discépolo, la desesperación y Dios”. En el 2008 ganó por unanimidad el premio de poesía “Olga Orozco” por su libro Conejos en la nieve, con un jurado integrado por el chileno Gonzalo Rojas, el español Antonio Gamoneda y los argentinos Juan Gelman y Jorge Boccanera.
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Breve Maratón de Lectura de Jóvenes Microcuentistas


Invitación a asistir al BREVE MARATÓN DE LECTURA DE JÓVENES MICROCUENTISTAS, que se realizará dentro del marco de actividades culturales de la XXXI Feria Internacional del Libro, el día miércoles 24 de febrero de 2010, a las 5pm, en el Salón Ximeno Planes, planta alta, del Palacio de Minería, ubicado en Tacuba 5, Centro Histórico, Ciudad de México.
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Resultado del I Concurso de microrrelatos Shantí Vasundhara

Este pasado Jueves se celebró en la ciudad de Murcia (España) un acto en el que se entregaron los premios del I Concurso de microrrelatos organizado por la cafetería Shantí Vasundhara, en colaboración con la asociación literaria Colectivo Iletrados.

A este certamen, cuyo tema era "Barras de bar", se presentaron un total de 52 minicuentos. El jurado, compuesto por Rubén Castillo, Alberto Caride y Basilio Pujante, eligió 13 textos finalistas, que fueron leídos en el acto celebrado el Jueves y expuestos en la citada cafetería. También se hizo entrega del primero y el segundo premio. El segundo fue para Eric Fernández-Luna por "Rutinas", mientras que la ganadora fue Marta Molina Marín por su texto "El rompeolas de madera". Se pueden leer los dos microrrelatos ganadores en el blog de Colectivo Iletrados.

Marta Molina leyendo el microrrelato ganador
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