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Ficticianos en Ficción Mínima







Santiago Ruiz Velasco
México, D. F., 1983. Iba a ser matemático, todo apuntaba hacia ello. Desde muy niño (y todavía) le fascinaban los números. En la secundaria hizo un buen papel (terceros lugares, que, con todo, sigue presumiendo) en dos concursos nacionales. Incluso estudió cuatro semestres de la carrera. Pero en 2003, sin previo aviso, se cambió a Letras Hispánicas, y se la pasó mucho mejor. En octubre de 2002 empezó a participar en el taller de Ficticia, y es muy probable que eso haya tenido que ver, aunque nunca se sabe. Olvida a pasos agigantados cómo derivar, y no le preocupa para nada.

El contagio es flor de papel
Perdone, pero leer esto le causará un ligero cosquilleo en la nariz, como una punzada en el cornete derecho, que ha de mitigar llevándose la mano de su preferencia a la cara y apretando entre el medio y la parte baja del pulgar su apéndice olfativo, como me ocurre a mí en este momento. Pero no me culpe, aunque el picor aumente y esté haciendo muecas para aliviarlo, no me culpe. Si abre la boca le será más fácil la existencia, por unos momentos. Entonces escuche, o lea, que es más apropiado: Usted va a estornudar, no hay forma de evitarlo, ¿lo notó? ahora está a la izquierda, como una hormiga minúscula caminando por dentro, buscando su laberinto en los senos paranasales. Oprima fuerte el tabique y ponga atención, tal vez logre llegar al final antes del estallido.
No es un estornudo normal, el suyo, es provocado por un texto, con lo cual los riesgos y las precauciones son de nueva índole. Pero ojo, que en el virus está la vacuna. Con la flema expectorada, usted perderá un verbo, ese que piensa justo ahora, de una vez y para siempre. Si le gusta, cierre bien los labios y estornude sólo por la nariz. Será difícil, los ojos arderán y sentirá un ligero mareo. Si en cambio es algo que gustaría de olvidar, aproveche.
A veces queda algún resto en la boca. Después del próximo punto y de su inminente explosión, cuando recobre el aire y haya tragado saliva, haga la prueba y trate de decir aquel verbo que se desvanece y que, si acaso, tiene en la punta de la lengua.

Duermevela en la dársena
—Cuidado, la noche está entrando como lluvia por tu ventana —me dijo aquella cuyo rostro lento se iba borrando de mi percepción; y aunque había ya luz y el vidrio estaba cerrado, quedé con la certeza de haber entendido algo; el barco sujeto al muelle meciéndose lo confirmaba.

Jerusalén Celestial
—Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie frente al trono... El mar devolvió los muertos que guardaba, la Muerte y el Hades devolvieron los muertos que guardaban... Entonces dijo Él que está sentado en el trono: “Mira que hago un mundo nuevo."
Cerró el Libro y, con la mirada fija en su rebaño, dio inicio a la bendición: —In nomine patris, et filii, et spiritus sancti. Podéis ir en paz, missa est.
Camino a la sacristía indicó al monaguillo que, en cuanto se fueran las últimas beatas, limpiara bien los restos de carne podrida y gusanos que acostumbraban dejar sobre las bancas.

Renuncia
Dejé los exorcismos porque nunca encotré al diablo. Sólo humanos.

Onírica
He encontrado a la mujer de mis sueños. Con mucho cuidado la amarré, y la tengo guardada hasta que halle el modo de devolverla a su lugar.

Araganma
En Araganma los monumentos se mueven sin previo aviso, de lugar y de forma. Si el Libertador aparecía en la esquina de Independencia y Patria, la espada y el rostro en alto, dos meses después esperará el filo en el cuello frente al palacio de Justicia, y ya no será el Libertador, sino el Cacique. El ángel se vuelve puta alada (Lujuria, le llaman y dicen que es musa), y hasta un anuncio de llantas se puede convertir en un dios antiguo.A los ciudadanos y al gobierno esto les resulta cotidiano, y se comportan acordes con cada momento: no es raro que un día se ensalce en un discurso a Jacobo García por sus ideales de progreso y mañana sea un prepotente opresor. Del mismo modo, un burócrata va un día ufanísimo, ocupa la mesa el centro, invita una ronda, porque gracias a él funciona el sistema y para la cena se sienta en un rincón y en su soledad se avergüenza de ayudar a que no funcione.
Una y sólo una de las estatuas nunca cambia de significado, esté donde esté, y por eso nadie le hace caso, aunque representa el espíritu mismo de la ciudad. Despreocupado, jugando con sus cascabeles y siempre riendo, el bufón de piedra observa.

Los sobrevivientes
La peste había llegado a Norwich semanas atrás. La gente temía salir de las casas y cualquier contacto con los otros. En las calles sólo había cuerpos tirados, perros comiendo, y moscas. Grandes equis rojas marcaban las casas infectadas, y las puertas tapiadas desde fuera significaban la condena de familias enteras. El duque, desde su castillo, había mandado traer un curandero, pues los campesinos estaban dejando de producir siquiera para los impuestos.
El hombre fatídico llegó al amanecer. Todo el pueblo salió a recibirlo.Sólo quedamos el sordo, el cojo, y yo, el idiota.

Dictador
Habiendo fracasado la herbolaria y la oración, las noches del dictador pasaban entre el blanco releer a los clásicos y la reconstrucción de ciertas grandes partidas de ajedrez. Ya viejo, recordaba con ello sus años pasados, y entristecía.
Su palidez y sus ojeras preocupaban a los médicos, a sus familiares y a la Junta, que decidió requisar. Funcionó; como había hecho con tantas cosas, aquel tirano empezó a quitarle el sueño a los justos.

Dos por dos son cuatro
Ayer enterramos a don Nicolás Gutiérrez, su alma sea con Dios. La mitad del pueblo iba con nosotros, ahí estaba Rosarito, toda compungida (dos funerales en una semana no es algo que una niña deba aguantar). Los demás estaban en el servicio de Atilio, nos habíamos puesto de acuerdo para no cruzarnos calientes de ánimo.
–Que se agarraron a cuchillos es de todos sabido; y que fue por una muchacha, de todos supuesto. Lo que nadie sabe, don Nico, es que fue por su hija.
–¿Cómo por mi hija, deslenguado?
–Pos así como lo oye. La Rosario noviaba con el Julio y él la halló paseando con el fuereño; ya sabe cómo es de encendido el muchacho, nomás se le dejó ir con el machete de caña, ahí juntito a mi casa. Lo que pasa es que usted siempre está tan fijado en su negocio que ni se entera quién le alborota el gallinero.
Algún imprudente se rió primero, y luego toda la cantina. Que se agarraron a cuchillos todos lo saben, pero los pocos que sabemos que fue por la misma mujer que los anteriores mejor nos callamos, no vaya a ser que alguien se ofenda.

Perseo encarcelado
Al grito de "Mírame, Medusa, pues yo soy tu espejo", me lancé a la conquista de la mujer imposible. Cuando su cabello dormía, a pasos silentes, fui penetrando su lar. Mientras desenvainaba, a su lado, evité que abriera los ojos con un beso.
Hoy ella sabe que iba por su cabeza, y yo que me ha de volver estatua. Pero desde aquella noche dejamos las enemistades para más tarde.
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La sabiduría del crítico. Gabriel García Márquez

Un caballero llevaba en el bolsillo del pecho un libro de reciente aparición. Cuando alguien le hizo un disparo a quemarropa fue conducido al hospital, donde se constató que el agredido gozaba de perfecta integridad física. El proyectil no había alcanzado a atravesar el libro. Un crítico literario comentó:
-Claro, si es uno de esos libros invulnerables. Ni siquiera una bala alcanza a pasar del segundo capítulo.

En: Nana Rodríguez. Elementos para una teoría del minicuento. Tunja: Colibrí, 1996
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Microficciones de Laura Nicastro


MINOTAURO
A veces, cuando en la penumbra de algún atardecer la luna del espejo me asalta a traición, distingo el brillo de la locura en su reflejo azogado. Inclino sus aletas laterales hasta que rozan mi cabeza. La imagen se multiplica en infinitos túneles verdosos.
Acomodo la más aguda piedra que imaginar pueda entre los pliegues de mi túnica blanca. Mi corazón es un ave frenética de miedo.
Oigo sus cascos que se acercan desde el final del túnel. Ya veo su testa bicorne, su belfo, me huele.
Tiemblo.
El Minotauro se excita. Trota.
Lo espero sin moverme.
Apunto a su frente, sin respirar, para no errar el blanco.
Voy a lanzar la piedra.
Vacilo.
Silencio.
Abro las aletas del espejo y el brillo temido desaparece, se pierde en los túneles.
Una ojeada plana descubre el límite del delirio.
Temo que algún atardecer olvide cómo se abren las aletas del espejo y quedemos, el Minotauro y yo, del mismo lado.

ZORRO ZORRO
Había un zorro al que le gustaba merodear por las huertas a la hora de la siesta. Una tarde encontró una vid cuyas uvas estaban en sazón. Se paró sobre las patas traseras y se estiró al máximo para alcanzarlas, pero estaban muy altas Intentó un salto, y después otro, y otro más. Fue en vano, no llegaba.
La vid, compadecida del zorro y en medio del crujido de la madera y de la resistencia de los zarcillos que permanecían adheridos al espaldar que la sustentaba, dobló su tronco. Perdió unas cuantas hojas y racimos pequeños, pero el zorro pudo saciar largamente su sed.
Cuando por fin terminó, mientras se relamía el hocico, dijo:
- ¡Qué lástima! Creí que serían más dulces.

GASTRONOMÍA
- Quiero un bife que esté bien a punto –solicitó el gourmet a la mesera.
El chef salió de la cocina, puso el plato con el bife frente al comensal, levantó la escopeta, apuntó y le pegó un tiro.

UN TROPEZÓN EN LA VIDA
Don Tomás levantó la vista y tropezó. Él, ya tan poco afecto a admirar al género femenino, quedó impactado. La muchacha avanzaba hacia él envuelta en un vestido de gasa floreada que la transformaba en flor. Su andar, su figura, le resucitaron una emoción olvidada hacía mucho.
Decidió esperar a que ella pasara para comenzar una conversación. Pero ¿cómo? Quizás después podrían volver a encontrarse, salir (la esperaría en la puerta de calle con un ramo de rosas), tal vez una cena (imprescindible con velas, un ventanal frente al río), presentarla a su círculo familiar. Necesitaría un período de adaptación generacional a todos ellos, claro. Y casarse (pensó), optar entre una fiesta íntima o no, ¿dónde sería la luna de miel?. Tendrían hijos (tres varones y una mujer, sí, eso), él debería comprar una casa nueva (jardín sí, nada de perros ni de gatos, no señor), habría rutinas escolares, fiestas infantiles (le convenía reservarse un rincón inaccesible en la nueva casa), carreras profesionales (podría tramitar becas), nietos...
Ella estaba a medio metro y él no sabía cómo encararla. De pronto, quitándose el sombrero, atinó a preguntarle:
- Señorita, ¿usted juega a la quiniela?

Más sobre Laura Nicastro en

* Foto: Minotauro fuera de su laberinto. Fabián Risso
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SHORT STORIES (Antonio Cruz - Santiago del Estero, Argentina)

MINOTAURO
Como quería descubrirse se metió en la maraña de su alma. Todavía vaga por los meandros de su mente sin poder salir del laberinto porque olvidó llevar un hilo que le marcara el camino de regreso.
Nicandro Quirón (De anima et vita - Argumentum - 1348)

MINOTAUR
Since he wanted to reveal him self, he got into the maze of his soul. Still vague for the meanders of his mind without being able to go out of the labyrinth because he forgot to bring a thread to mark the way of return.
Nicandro Quirón (Of soul et vita - Argumentum - 1348)


GÉNESIS
(Gen 1, 26)
(Para Teresita)
Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que mande sobre los peces del mar y las aves del cielo, a las bestias, a las fieras salvajes y a los reptiles que se arrastran por el suelo.”
Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó.
Desde entonces, el hombre vagabundea por la tierra creyéndose Dios.

GENESIS (Gene 1, 26)
(To Teresita)
And God said, “Let’s make man in our image, like us: and let him have rule over the fish of the sea and over the birds of the air and over the cattle and over all the earth and over every living thing which goes flat on the earth". And God made man in his image, in the image of God he made him. Since then, the man wanders for the land believing himself as God.


HERODES ANTIPAS (Mt 14,3)
(Para Claudio Rojo Cesca)
Yo, Herodes Antipas, he decidido que ese Juan, que se hace llamar el Bautista, debe morir. No soporto que tenga mejor discurso que yo, que sus mítines sean más concurridos que los míos y que tenga la osadía de criticarme por haber robado la mujer a mi hermano Filipo.

HEROD ANTIPAS (Mt 14,3)
(To Claudio Rojo Cesca)
Me, Herod Antipas, have decided that this Juan, who calls himself The Baptizer, must die. I can not tolerate that he has better speech than me, that his political meetings are more crowded than mine and that he has the audacity of criticizing me for having stolen the woman to my brother Filipo.


EL QUE A HIERRO MATA (Mt 26, 52)
(Para Carlos Rojas)
El hombre desnudo, tendido sobre la camilla y con sus pies y manos apresados, tiembla. Un temor sobrehumano lo apresa. Se siente desamparado y muy solo.
Reconoce la escena pero él siempre la ha vivido desde el otro lado.
Un tipo, ataviado con bata verde, se acerca y dice con extraña sonrisa “El que a hierro mata a hierro muere”; luego dirige su mirada al sujeto que se encuentra en la cabecera y ordena “Dale anestesia al doctor para que podamos iniciar la cirugía”.

FOR ALL THOSE WHO TAKE THE SWORD (Mt 26, 52)
(To Carlos Rojas)
The naked man, lying on the bed and with his feet and hands tied, trembles. A superhuman fear catches him. He feels helpless and very alone. He recognizes the scene but he had always lived it from the other side.
A guy wearing green gown, approaches and says with strange smile " for all those who take the sword will come to death by the sword"; then he looks to the subject who is at the head of the stretcher and orders him "Give anesthesia to the doctor so we can initiate the surgery
".
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Primer Concurso de Micro Cuentos en Twitter


Se podrá participar enviando un mensaje público a @1cmct desde una cuenta de Twitter, indistintamente de la nacionalidad del autor y del país del continente en el cual resida.
Los portales literarios ficcionbreve y panfletonegro, con el patrocinio del Grupo Planeta de Venezuela, a fin de promover el uso de las nuevas herramientas tecnológicas en la difusión y la creación literaria y el uso de estar herramientas entre los escritores, anuncian la creación del

1º Concurso de Micro Cuentos en Twitter (@1cmct), el cual se regirá por las siguientes BASES:

1.- Podrá participar todo aquel que lo desee, desde su cuenta personal de twitter, indistintamente de su nacionalidad, que escriba en castellano y esté residenciados en cualquier país del continente americano.
2.- Para participar deberá enviar un (1) microcuento o twitt (de un máximo de 135 caracteres, incluyendo los espacios), desde su cuenta de twitter, remitido a @1cmct. Es indispensable que la cuenta sea propia, porque se considerará como participante exclusivamente al dueño de la cuenta desde la cual se remite el cuento.
3.- Los microcuentos o tweets podrán participar en el período comprendido entre el 1º de agosto y el 15 de septiembre de 2009, ambos días incluidos (hora de Venezuela). El autor que envíe más de un cuento quedará descalificado del certamen, aunque se podrá borrar y sustitur el texto participante hasta el cierre de la convocatoria. Se tomará como participación definitiva el último cuento/versión enviado dentro del lapso de recepción.
4.- Se premiarán los tres mejores cuentos. Los premios consistirán en lotes de 10, 7 y 5 títulos, respectivamente, de las diversas colecciones literarias de la Editorial Planeta (entre ellos las más recientes novedades del Premio Planeta, Planeta Casas de América, Seix Barral y otros).
5.- El veredicto se dará a conocer el 10 de octubre, en el marco de la celebración de los 10 años de los portales organizadores.
6.- El concurso NO podrá ser declarado desierto.
7.- La participación en este concurso supone la aceptación de estas bases.
8.- Todo lo no previsto será resuelto por el Comité Organizador.

RECUERDA, para participar debes enviar un mensaje público a @1cmct desde tu cuenta de Twitter
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Ficticianos en Ficción Mínima





Rafael García Z.
Nací, crecí, aún no me he reproducido –aunque lo he intentado– y, probablemente, moriré. Ciclos de vida consumados, los tres primeros, en la ciudad de Medellín, Colombia; el cuarto, si se cumple el pronóstico, en hora, fecha y lugar por definir.
En el circo de la vida trabajo como malabarista de la imagen; esto es, ejerzo el diseño gráfico, mi profesión, en las funciones de matiné; y la fotografía, el humor gráfico y la ilustración en los espectáculos de vespertina. Gracias a la crisis de los cuarenta –la edad, no la década–, y guiado por los maestros de Ficticia, incorporé a mi rutina visual un acto casi suicida: equilibrismo con letras y contorsiones con palabras. Fruto de esta suerte de ilusionismos surgió “El Mago Natural y otros abracadabras”, libro de cuentos breves publicado por Ficticia Editorial y CONACULTA, y del cual tomo prestados los siguientes textos:
El primer viaje de Verne
El joven aborda el barco de papel, suelta las amarras, iza la pluma y parte rumbo al otro lado del mar, en donde, intuye, está la Fantasía.
La Creación
Miguel Ángel termina la obra y agradece a los modelos su paciencia infinita. El más joven se viste, hace una venia y sale de la Capilla; el otro, simplemente, se desvanece en el aire.
Ls cnsnnts
Ls cnsnnts, cgds pr s mbcn d cnvrtrs n n rz pr y sn mzcls, nnc dmnsnrn l mgntd dl rrr q stbn cmtnd cnd dcdrn mscrr, n n, ls vcls dl lfbt.*
N. del T.
*Las consonantes, cegadas por su ambición de convertirse en una raza pura y sin mezclas, nunca dimensionaron la magnitud del error que estaban cometiendo cuando decidieron masacrar, una a una, las vocales del alfabeto.
El Mago Natural (uno)
El Mago Natural introduce en su sombrero de copa una oruga común; meses después extrae del mismo una espléndida ma­riposa de la especie “Manto Grande” (Lycaena dispar).
El público que aún permanece en el teatro, molesto por el sinsen­tido del truco, comienza a rechiflar y a desaprobar la actuación del ilusionista. Éste, sin embargo, ajeno a los insultos, se dedica a contemplar extasiado el vuelo zigzagueante de la mariposa originaria de Europa, cuya variedad se había extinguido hacía más de 100 años.
Uno de espías
Serie: Inmersos en la lectura.
Tras escapar con éxito de los engaños urdidos por el Servicio Secreto para dejarlo en evidencia, el infiltrado llega a un callejón sin salida: el capítulo final de la novela. En unos párrafos más, su doble identidad será revelada y su vida no tendrá valor algu­no. Decidido a evitarlo, corre a la última hoja del libro, se desliza hasta la margen inferior, apoya la espalda en la palabra “Fin” y descarga su arma dorada en contra de quien lo ha perseguido, implacable, a través de 365 páginas repletas de acción.
El victimario, presuroso, desanda lo leído y se resguarda en el anonimato que le brindan las primeras líneas de la trama escrita por Fleming. Desde allí, mientras toma un café, se dedica a con­templar la agonía del sorprendido lector.
Oro, tierra y alma
Tras la primera ola llegaron los conquistadores; tras la segunda, los colonizadores; tras la tercera, los evangelizadores.
Tras la cuarta ola no llegó nadie... ya nos habían quitado todo.
Una mente brillante
Cuando el profesor Josef H. Müller, una de las mentes más bri­llantes del siglo XXII, decidió vender su alma al diablo a cambio de la inmortalidad, no lo hizo solamente impulsado por el deseo de perpetuar su desmedido ego, sino también, aunque resulte difícil de creer, por un afán desinteresado y genuino de poner todos sus conocimientos al servicio del género humano.
Muchos, y en muy variados campos, fueron los aportes del profe­sor Müller a la ciencia durante los siglos XXII, XXIII y XXIV; sin embargo, muy a su pesar, ninguno de ellos le generó tanta fama y notoriedad como los tratamientos de belleza –nunca por él re­velados– que utilizaba para el cuidado de su piel, siem­pre suave y tersa a pesar del paso de los años.
Lección aprendida
Siglos después de su destrucción total, la Tierra es nuevamente creada en una apacible galaxia situada a millones de años luz de su antiguo sistema solar... esta vez sin seres humanos, gracias a Dios.
Londres, 1888
“Oculto por la densa bruma –la onírica, no la física– me muevo con total impunidad entre las callejuelas oscuras del barrio. Mi primera víctima, la “A”, sale tambaleándose, borracha, de una taberna de mala muerte; la sigo durante un par de minutos y luego la abordo por la espalda; el tajo mortal es rápido y certero. El segundo crimen lo cometo unas cuadras más adelante; ca­mino hacia la “E” fingiendo ser un cliente en busca de sexo; cuando la tengo cerca, la mutilo con precisión quirúrgica. El asesinato de la “I” no es tan limpio como los dos anteriores; con el primer navajazo, un chorro de sangre me salpica el rostro. Mi cuarta presa, la “O”, chilla como un cerdo; le clavo varias veces el puñal para que se calle. Con la quinta y última, la “U”, eyaculo mientras la descuartizo”.
En el rincón más sombrío de una habitación olvidada por la cor­dura, un alma atormentada materializa la vaporosa realidad de un sueño: Jack se desangra... acaba de cortarse las cuerdas vocales.
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Minificciones panameñas


Criaturas escritas
La sirena nigromante del tamaño de un meñique agita su cola en la cazuela mientras taciturna cavila y urde cómo saltar fuera. A su lado hay una rana dorada con pintas verdes, sumamente venenosa y aficionada a la ópera. Intenta abrir la tapa del frasco de vidrio que la aprisiona, pero la tapa se mantiene herméticamente cerrada. En un florero verde, un gnomo de la Sorbona porta un gorro rojo –de edición limitada– y profiere palabrotas, sentado sobre las últimas migajas de setas silvestres que le quedan. La cocina es un arrumaco laberíntico de ollas y frascos, cada uno con una minúscula creación contranatura. La mayoría intenta liberarse batiendo un par de alas, rugiendo o balando, pero son tan pequeños que todos sus esfuerzos sumados resultan en un zumbido.
El escritor entra a la cocina dando un portazo. Sus pesados pasos resuenan en las almas temerosas de los prisioneros. ¿A quién escogerá esta vez? Su mano atrapa a un murciélago filósofo fosforescente que intenta volar dejando destellos verdosos. El escritor sale de la cocina y se sienta a la mesa. Coloca al murciélago filósofo sobre un papel en blanco y lo sujeta con unos alfileres. Lo observa con cuidado. En la mente del escritor centellean palabras como letreros fluorescentes en la profundidad de un acuario.
El escritor pesca vocablos húmedos, morfemas y lexemas que empapan su imaginación. Toma un bolígrafo y empieza a describir al murciélago. Lo deshace y rehace con sustantivos, lo pinta con adjetivos, lo esclaviza con verbos. El murciélago se desvanece sobre la hoja y ahora reside en las palabras del escritor. Éste, satisfecho de su tarea, coloca la hoja en una abultada carpeta y sonriendo para sí abandona la estancia.

Borrón y cuenta nueva
Me crearon para darle a la Mujer Maravilla una ayudante, tal como Batman tiene a Robin. Según uno de los guionistas debo ser rubia para hacerle contraste a Diana que es morena. Menudo dilema tienen con mi busto, que si lo llevo strapless como ella o más cubierto. Se han hecho un lío con todo lo demás y ni hablemos de mis diálogos. Finalmente hoy durante una reunión tuve que escuchar cosas como “qué sosa”, “totalmente prescindible”, “el traje está fatal”, y así sucesivamente. Cuando los del equipo se fueron, mi dibujante casi se echa a llorar.
Siento un extraño hormigueo en el vientre. Quizás me esté rehaciendo el cinturón. Experimento la misma sensación de vacío en los hombros, el torso, ¿qué hicieron con mi cabello?, las piernas… no encuentro mis zapatos. Si me borra la boca no podré hablar, oiga, oiga, #$%#, ¡mal…!
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Efimeros de José Luis Zárate


Todas las noches
Todas las noches se asoma a mi ventana un hombre sin cabeza, pero ¿cómo gritar si no tengo boca?

Un instante
Hay un momento, un instante, en que te detienes, y te das cuenta que la realidad se ha roto en mil pedazos. Miras a tu alrededor y no hay signo de ello. Nadie más que tú lo sabes. Con calma, con cuidado, buscando no romper nada más, te sientas en tu cama, te recargas en algún lado, terminas ese movimiento mínimo y cotidiano detenido por el descubrimiento.
Cierras los ojos y sientes. Eso íntimo, secreto, profundo, dentro de tu carne, que ha cambiado, que despierta, que duele, ese hueco o esa llama.
Te quedas ahí, inmóvil, mientras te inunda el horror de saber que lo que hay piel adentro ya no te pertenece.
Es en esa inmovilidad, siempre, que el cuerpo declara la guerra.

CN
Una máscara no es la Carne Nueva.
La Carne Nueva es lo que permitimos sea nuestro rostro (momentánea o permanentemente) tras el inmóvil escudo de la máscara.

100Km/H
Tal vez el odio que nos teníamos nos avergonzara.
Nadie podría adivinarlo en nuestros gestos, en la forma en que nos rozábamos cuando estábamos en una reunión con los amigos, familiares, colegas.
Aida te dijo que su única esperanza es que existían familias felices como nosotros.
Alberto aseguró que una compañía era fuerte con líderes de raíces familiares firmes.
¿Cómo explicarles el silencio, la irritación, el asco…?
Cada uno era la máscara del otro, y tal vez eso ayudaba al odio.
Lo cierto es que, en ese último viaje, las cosas estaban llegando al límite. Tal vez el que nos estrelláramos no fue un accidente.
Posiblemente pensamos que sólo la sangre y el metal roto podían redimirnos.
No más mentiras, no más fingimiento.
Libres, a 100 kilómetros por hora contra un muro. A salvo.
¿Cómo imaginar que los órganos donados de uno salvarían al otro?
Éramos donantes y nos amábamos, todos lo sabían, así que ahora uno late dentro del otro.
¿No es el tipo de milagros que sólo hace el amor?
¿Cómo explicar que el odio no ha disminuido, el asco…?
¿Cómo olvidarnos, separarnos, huir, ahora que somos uno?

http://lalangostasehaposteadoefm.blogspot.com/
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Exquisitas gemmas

Gemma Pellicer (Barcelona, 1972) es licenciada en Filología Hispánica y en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha cultivado la crítica literaria en el diario Avui, de Barcelona, y en las revistas españolas Turia y Quimera, así como para la argentina Olivar, de la Universidad de La Plata. También ha coordinado, junto a Fernando Valls, la sección de microrrelatos "Liebre por gato" en la revista española Clarín. Sus microrrelatos han aparecido en la revista mexicana Narrativas y en Paralelo 50, vinculada al Instituto Cervantes, en las revistas electrónicas de arte DELIRIO y de cultura KAFKA, así como en el diario argentino EL LIBERAL. Mantiene un blog de literatura, donde aparecen sus microrrelatos, titulado Sueños en la memoria.

EL CARACOLILLO

Se fue encogiendo primero de espaldas, brazos y piernas, hasta quedar bien prieta, como si fuera un caracolillo empeñado en absorber, de una sola vez, todo el sol que le cupiera sobre las espaldas las raras veces en que salía a pasear. Luego, cuando se le hubieron caído los dientes y el leve pelo ralo que milagrosamente conservaba, fue desprendiéndose poco a poco de los gruesos jerseys de invierno, y de las sucesivas bufandas, gorros, sombreros, orejeras y guantes de lana, para terminar vistiendo un finísimo camisón de seda por todo abrigo, como las antiguas combinaciones que antaño usaban las abuelas, muda que se reveló mucho más benévola ante los implacables cambios de que era objeto su cuerpo, cada vez más comprimido, más necesitado de presteza y agilidad.

Los años no sólo le habían reducido los huesos, sino también los andares, los gestos y hasta las miradas. De poder hablar con franqueza, diríase que se había convertido en un saquito de carne lleno de protuberancias, de perfil indistinguible. Los pasitos que daba para ir a la tienda de la esquina no sólo eran cortos y audaces como sus pensamientos, sino que incluso los saludos y buenos deseos que repartía eran expresados en forma de pequeñas ráfagas, como si temiera gastarlos de golpe. A decir verdad, resultaba dificilísimo reconocer en aquella pobre anciana a la mujer rotunda que había sido: si bien nunca fue alta del todo, hubo un tiempo en que sus piernas y pestañas fueron largas, y anchas sus caderas, y sus andares, acompasados, además de exhibir sonrisas y saludos calmos y generosos, capaces de enamorar a más de uno y de dos.

Tras unos breves instantes de duda, al final se ha decidido a cruzar. El coche metalizado no ha tenido tiempo de reparar en aquel caracolillo que se desplazaba por la calle medio a tientas, con la ligereza torpe de un ser espiritual.


VERDADERA NATURALEZA

Cuando era niña le gustaba morderse los labios hasta provocarse llagas; las uñas hasta el límite mismo de rompérselas; los dedos hasta hacerlos sangrar.Ahora que es mayor le gusta pintarse los labios para redefinirlos; las uñas para aumentarlas; los dedos, de negro tiznado, para devolverlos a su verdadera naturaleza de bruja piruja.


EL ABRAZO

Cuando se fundieron en un beso apasionado, ninguno de los dos creyó jamás que iba a sucederles tal cosa. Inmediatamente después de verse convertidos en un ser hermafrodita con órganos genitales masculinos y femeninos, empezaron los terribles dolores de cabeza.

Al placer, le sucedió de inmediato el miedo y hasta algún arrebato de pánico. Superada la fase inicial de exploración del cuerpo ajeno, en adelante propio, le llegó el turno a las interioridades, al descubrimiento íntimo del otro, de sus secretos y pensamientos más desnudos.

No hubo nada que hacer. Fue inevitable. Desde entonces, ya no se quieren en absoluto.

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Microuniversos

Las brevedades literarias son un formato apropiado, oportuno y casi parecen hechas a medida para la web.
Todavía nos siguen interrogando, tanto por su naturaleza como por la puesta en crisis de las tradicionales certezas literarias que en algunos ámbitos siguen vigentes. Por si fuera poco el desafío que instalaron, ahora devienen en ciberfenómeno. Estos son algunos de los links que llegan a nuestro correo y compartimos su ruta:


María Fabiana Caderari
http://facalderari.blogspot.com/


Sergio Gaut vel Hartmann
http://brevesnotanbreves.blogspot.com/
http://rafagasparpadeos.blogspot.com/ y
http://quimicamenteimpuro.blogspot.com/


Alberto García Salido


* foto: Dave Malleus
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IV Concurso de Microrrelatos 2009. Literatura comprimida

IV CONCURSO DE MICRORRELATOS 2009 LITERATURA COMPRIMIDA

Podrán presentarse jóvenes menores de 35 años, de cualquier nacionalidad y residencia.

Los microrrelatos estarán escritos en lengua española o asturiana, y cada autor/a podrá presentar un máximo de dos microrrelatos.

No podrán presentarse obras ya premiadas en otros concursos.

La extensión del microrrelato no podrá ser superior a 200 palabras (sin espacios).

Para participar es preciso completar el formulario de inscripción, disponible en la web www.comarcajoven.com, al que se adjuntará el microrrelato correspondiente en un archivo tipo Word.

La organización enviará un mensaje electrónico confirmando la recepción y registro del relato.

La información de este formulario sólo será conocida por la organización del Concurso, quien garantiza el anonimato de los microrrelatos durante todo el proceso de selección y deliberación del jurado.

El jurado calificador será designado por los organizadores entre personas vinculadas a la creación literaria.

El plazo de admisión finalizará el 30 de septiembre de 2009. El fallo se hará público a través del mismo portal www.comarcajoven.com

Se establece un ÚNICO premio de 600 €, sujeto a la correspondiente retención fiscal.

Además, el jurado podrá seleccionar un máximo de 199 relatos entre los recibidos, que formarán parte del libro Literatura Comprimida 2009 que el Servicio de Juventud se reserva el derecho de publicar en cualquier formato (sea papel o electrónico).

Por ello, la participación en el concurso conlleva la autorización expresa del autor a que su relato se incluya en esta publicación si así lo decidiese el jurado. La organización se compromete a reflejar la autoría de los relatos seleccionados y a notificar durante un tiempo determinado la selección realizada por el jurado a través de la web www.comarcajoven.com.

La participación en el Concurso implica la aceptación de las bases, cuya interpretación es responsabilidad de la organización del Concurso.

Inscripción:

http://comarcajoven.com/02_serviciosprogramas/creacion/creacion_microrelatos_inscripcion.htm
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Ficticianos en Ficción Mínima





Dolores Díaz-Ambrona de Llera
Nació el 24 de septiembre de 1952 en Badajoz (España).A los catorce años participó en el Concurso Coca-Cola de su ciudad obteniendo el segundo premio. Publicó el libro de relatos “Gato y otros 19”. Ha colaborado en distintas antologías de la Universidad de Mérida (Venezuela), así como en diversas páginas literarias en Internet. Actualmente vive en Galicia. Está casada y es madre de tres hijos y abuela de tres nietas.

DUERME
Lloras atrapado en las redes de la noche.
El silencio te asusta, la oscuridad te duele y mis caricias no te alivian.
Duerme, mi niño, mejor duerme. Inventa un sueño y escóndete en él, porque, ¿sabes?, han secuestrado al alba.
LUNÁTICO
Odiaba aquella nube de tul que la cubría, porque ocultaba su desnudez.
Odiaba al alba, vil raptora con su vientre de mañana blanca.
Odiaba al sol, porque al llegar se inflamaba, despojándola de su luz prestada, en una soberbia ardiente.
Odiaba a su corte de estrellas por esa proximidad imposible.
Incluso odiaba a la noche por ser su dueña.
Y llegó a odiarla a ella misma que permitía que así fuera, y su odio, gangrena galopante, se apoderó de su cuerpo petrificándolo sobre la playa.
¿Ves aquella roca donde descansa el brillo de la luna?
Es él.
EL CALOR
El calor era insoportable aquel día. Odio el calor.
Yo, el último en una lenta e interminable fila de estudiantes que intentábamos matricularnos en “Humanidades”. Observaba la fluidez de la ventanilla número dos, “Medicina”. Estaba sudando, así que me cambié a esa cola.
Acabo de recibir el Premio Nobel en “Cirugía Psiquiátrica”. Fui artífice del primer trasplante de sentimientos. En mi currículum figura la señora García, aquejada de fuerte depresión y curada tras ser sometida a mi técnica. El material fue extraído de X, un hombre que murió feliz.
TEXTURAS
Leía palabras de terciopelo, labios tibios, atardeceres húmedos, relieves de sonrisas, lágrimas que se disipaban en texturas de tristeza..., y las sensaciones se hacían pensamientos y los pensamientos imágenes, y cuando había llenado su mundo oscuro con vivencias de otros, las pupilas de sus dedos, cansadas, se deslizaban sobre la última línea de una página secreta.
APOCALIPSIS
El firmamento puso en escena una gran tormenta de llamas. Brigadas de bomberos celestiales aprovecharon su diuresis para extinguir tal incendio, mientras ángeles curiosos intentaban descubrir su sexo. Ninfas libidinosas corrían en busca de una última relación. Surgieron sátiros de los más insospechados lugares. El sol comenzó a derretirse dejando una gran mancha de caramelo. Los pares se volvieron nones y las palabras silencios. Timbales enloquecidos avisaron de lo que sobrevenía.
Avergonzado, despertó entre una multitud que escuchaba en sus butacas las primeras notas de la quinta sinfonía de Shostacovich.
MANÍA
Con solemne lentitud, tomó asiento ante la mesa.
Parece risueña, diríase que en secreta bonanza... como ida. La mano derecha palpa su vientre yermo; la izquierda, soporta el peso de su frente, como si sujetara sueños.
-¿Aún te asusta ese hombre? –le pregunta el psiquiatra.
-No, no -niega la loca moviendo la cabeza. El médico explica con paternal arrogancia:
-Ese hombre ha desaparecido porque tu enfermedad está curada; todo era un producto de tu imaginación. Él no volverá.
-Siempre vuelve -sonríe la paciente.
-¿Cómo? - inquiere el galeno decepcionado. La mujer no quiebra la sonrisa:
-Sí, ahora somos amantes –se acaricia un abdomen baldío - ... voy a tener un hijo suyo.
OJOS DEVORADORES
Cocina selectas viandas. Dispone la mesa: flores rojas, buen vino y Wagner. Sus ojos saborean mientras él emboca un complejo nutriente por su sonda enteral.
ESCENA DE SOLEDADES
Baja a la bodega del alma y abre una botella de penas. De repente, todos alrededor se vuelven abstemios.
Solo, se emborrachó de lágrimas.
EL OCTAVO DÍA
...Y cuando intentó descansar, los mares, los vientos, el fuego y el alboroto de sus criaturas, interrumpieron su sueño. Horrorizado, advirtió que en Su obra faltaba algo, y gritó: “¡hágase el silencio!” Entonces, pudo oír los gemidos quejumbrosos de aquellos a los que olvidó crear.
Así, el octavo día, creó la música.
ELLO
No trato de justificar lo que hice, pero la verdad, se esforzaba en amargarme la vida diciéndome cosas que yo no quería oír... Y no digo que le faltase razón, pero no se puede ir por el mundo haciendo daño gratuitamente: que si era un fracasado, que si en realidad hacía esto o lo otro por tal o cual causa, que si no me aceptaba tal como era... Eso irrita, va minando tu aguante; llega primero a preocuparte, después, a dolerte, y el dolor, cuando alguien te lo causa así, sólo por hacer daño, se convierte en irritación, y la irritación deviene en odio; además, creo que en realidad era él el que quería reafirmarse a sí mismo, cobrar relevancia a costa de destruir mi ego.
Yo había oído decir donde se escondía, así que, cogí el cuchillo que uso para desviscerar la caza, y lo hundí en mi abdomen. No pude ver la sangre de mi subconsciente muerto, porque antes, la mía lo inundó todo.
FECUNDIDAD
A punto de terminar su relato, una ráfaga de viento se llevó las palabras. Cayeron en tierra fértil y, en primavera, brotaron cuentos de colores.
EN LA RED DE LAS PALABRAS
De labios quizá coronados por cualquier bigote, fluyen palabras como hábiles arácnidos.
Tejen metáforas envueltas en terciopelo y engaños ocultos en sutiles cadencias.
Una tela de voces urdidas con ponzoña, unos hombres que escuchan: insectos que caen en la red del fervor insano.
En el nombre de Dios sabe qué dios, desatarán la muerte.
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Nanofilología (más de Esther Andradi)


FRACTALES: UNA POÉTICA DE LO MÍNIMO


Der Amerikaner, der den Kolumbus zuerst entdeckte, machte eine böse Entdeckung.
Georg Christoph Lichtenberg


Un fractal, dice el diccionario de uso del español, es aquella figura cuya propiedad básica tiene el mismo carácter que el todo. Las formas fractales, las formas en la que las partes se asemejan al todo, están presentes en la naturaleza, como las hojas que presentan una morfología similar a la pequeña rama de la que forman parte que, a su vez, presentan una forma similar a la rama, que a su vez es similar a la forma del árbol, y sin embargo cualitativamente no es lo mismo una hoja, que una rama o un árbol. Así, la esencia de la coliflor está en cada una de las pequeñas rosas que a su vez conforman la gran coliflor. Es el origen del planeta contenido en un grano de arena, el fragmento que reproduce el universo, lo mínimo como expresión del todo, y si se sigue en esa dirección se llega derechito a la mística del Buda postulando bajo la higuera el Uno como la cumbre del ejercicio meditativo. Uno con la partícula que contiene el secreto del mundo, lo macro encerrado en lo micro, en lo mini, lo flash, lo hiper, lo nano. Por siglos, el ser humano ha utilizado patrones geométricos repetitivos, o recursivos, en la decoración de vasijas, arquitectura, la ilustración de libros y muchas otras manifestaciones artísticas que, de algunas manera, pueden relacionarse con estructuras fractales.

Pero Benoit Mandelbrot, el científico que utilizó la expresión fractal por vez primera en 1975 sólo aspiraba, dice, a capturar en una palabra la impresión de una piedra que golpea, y se fractura. El filón de un mineral disperso que concentra en cada astilla la información de la mina completa.

Principio quieren las cosas y lo primero es lo primero, como dicen los gitanos. Fractales, digo entonces ahora, para acercarme a esa literatura fraccionaria, embrionaria, fragmentaria, prima hermana de la poesía por su origen, producción, circulación y acaso destino. Miniaturas. Fragmentos que son las partes de un todo y sin embargo viven por sí mismos, con su propia estructura y densidad. En español se habla de microficción, microrrelato, hipercuento....para los ingleses, más dados a las clasificaciones, la cosa es así: menos de 25 palabras, flash fiction, menos de cincuenta sudden fiction, y cincuenta palabras o más minifiction propiamente dicha. Menos es siempre más resumía sabiamente Gracián, traducido como “lo bueno si breve dos veces bueno”, y en el Río de la Plata como “lo bue si bre dos veces bué”. Pero basta de imprecisiones, que mientras en España y América Latina se habla de micro, pues el Profesor Ottmar Ette acuña la definición de Nanofilología. ¿Y cuál es la diferencia? Nada más ni nada menos que unos cuantos millones en densidad. Mientras una micro partícula es una millonésima parte de, una nano partícula es una billonésima parte de. Sin ir más lejos.

No puedo evitar escribir cortito. Como decía Augusto Monterroso, ese gran maestro del género, escribo cortito no por estilo, sino más bien por flojera. Coquetería pura. Nadie elige el género, es el género el que se posa en una. Nada de novelas río. Lo mío es la gota que busca la piedra. Su utopía es horadarla. Como el computador los cría y ellos se juntan, así, al cabo de un tiempo, un año, dos, tres, ellos se reúnen y generan un libro.

Y porque esto es así, encontré también que había una forma de relatar a partir del fragmento, una forma de contar que no es menos ni más que un videoclip, el flash, la postal, la palabra que dice más que mil imágenes.

En un tiempo pensé que esta forma suscinta de contar tenía que ver con la vida en el exilio de mi lengua, entonces el follaje, la jungla de lo real, como dice Saer[1], el relato de los contornos, se reduce a lo mínimo, en un afán por abrazar lo esencial, el mero mero concho de las cosas. Escribo cortito porque lo aprendí de Juan José Arreola, dije entonces, buscando madres donde afirmarme. La narrativa de Arreola fue durante un largo tiempo un problema para los especialistas en literatura. Su apuesta por el ludismo y las formas de la ficción breve le grangearon más de una sospecha.

“En un lugar solitario cuyo nombre no viene al caso hubo un hombre que se pasó la vida eludiendo a la mujer concreta. Prefirió el goce manual de la lectura, y se congratulaba eficazmente cada vez que un caballero andante embestía a fondo uno de esos vagos fantasmas femeninos, hechos de virtudes y faldas superpuestas, que aguardan al héroe después de cuatrocientas páginas de hazañas, embustes y despropósitos.”

escribía Arreola en su Teoría de Dulcinea. Y después Italo Calvino con Las ciudades invisibles y las Cosmicómicas me inventaron el mundo literario deseado. Y Julio Ramón Ribeiro, con sus Prosas apátridas. Toda esta era una literatura reunida en el cajón de lo inclasificable. Palabra tan parecida a impresentable, a literatura disminuída, subdesarrollada, en vías de crecimiento. Y sin embargo una rosa es una rosa es una rosa. Y la enorme rosa compuesta de mínimas rosas dibujan la coliflor y así lo mínimo se encuentra con el fractal.

Corrían los años ochenta cuando leí el Tao der Physik , de Fritjof Capra, aquel manual que quería reunir la filosofía oriental con la ciencia de occidente. Y llegó a mis manos el Tao con su sabiduría.

Treinta radios se juntan en el cubo
Eso que la rueda no es, es lo útil.

Ahuecada,
La arcilla es olla.
Eso que no es la olla
Es lo útil.[2]

Me pareció el elogio absoluto de la administración del silencio, de lo no dicho, la utilidad de la austeridad en el decir, en el contar. Y me encontré tan corajuda como temerosa en eso de escribir lo que la rueda no es, lo que no es la olla... Porque escribir cortito no tenía buena prensa por entonces. Era el tiempo de la novela río de seiscientas páginas, del embalse literario que reunía a las represas de Asuán y de Itaipú juntas y y la chance de entrar al ruedo con un género por entonces ninguneado era escasa. El destino de mi manuscrito Come este es mi cuerpo[3], -Treinta textos eucarísticos Treinta- historias mínimas en torno a comidas y a hambrunas, un elogio de carnes, alcauciles y spaguettis en un allegro ma non troppo, fue pasar de mano en mano, ser leído en encuentros, en radios, traducido parcialmente y publicado en revistas en alemán y el poeta Abelardo Oquendo, editor de Mosca Azul, de Lima, fue el primero en leerlos y aunque le gustaron me confesó que no encontraba una colección adecuada para ellos. Así de una editorial a otra hasta que la escritora argentina Noemí Ulla, a quien encontré en la sala de lectura del Instituto Iberoamericano de Berlín se entusiasmó y me animó a enviarlos a la Editorial Ultimo Reino de Buenos Aires dirigida por el poeta Victor Redondo.

Con ese nombre, editorial y editor parecían un arcano pero Noemí tenía razón y en 1991, Come, éste es mi cuerpo vio la luz en Buenos Aires y aunque ya se han agotado dos ediciones, gracias a la vida el libro ha tenido la prudencia y el buen gusto de circular antes que el mercado descubriese que un buen libro de literatura “femenina” tenía que incluir comida y erótica.

Se ha dicho a menudo y con razón, que el texto se completa con el ejercicio de la lectura. Si esto es así, no hay mejor manera de dejar que intervenga el respetable cuando se escribe dejando espacios en blanco. Como dijo Roberto Fontanarrosa el humorista y escritor argentino recientemete fallecido:

Les voy a explicar desde mi punto de vista cómo yo elijo un libro. Ustedes lo toman como quieran, pero yo les voy a decir qué condiciones tiene que tener un libro para que yo lo elija.”“Primero y principal no tiene que ser un libro gordo. Un libro gordo me parece un abuso de confianza del autor hacia mi tiempo. Es como si aparece alguien y me dice: ‘Quisiera hablar con vos, tenés dos semanas libres...’. ¿Cuál es el lazo de confianza que me une a ese escritor para que durante dos meses yo me vaya a la cama con él y su libro?”
“Segundo, y lo va a comprender la gente que ya tiene cierta edad, y no es por la madurez: tiene que tener letra grande. Hay escritores que escribían con letra muy chiquita, y ya a esta altura del campeonato ese esfuerzo es excesivo.”
“Otra cosa: tiene que tener espacios en blanco. Si abro un libro y veo un masacote negro, como si fuera un amontonamiento de hormigas, yo digo: ‘¿Por dónde le entro al texto?’.”
[4]

En ese sentido, los cortitos tienen la ventaja de condensar en pocas palabras lo esencial del hilo narrativo. En estrecho parentesco con la poesía el relato breve reúne densidad y precisión, y, al igual que ella, circula por corredores ignotos, misteriosos, al margen de las autopistas del mercado y en los mil y uno atajos de la lectura.

Así como los fractales, el relato breve contiene en su interior una novela, varios libros filosóficos, tratados secretos...solo requiere la hermenéutica de un lector que pueda leer una línea y meditar todo un día en ella.

¿No es ésta una aproximación a la visión del Buda que proclamó el ser en Uno? Tan bien resumida, otra vez en esos versos borgianos:

si (como el griego afirma en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo[5]


Y por último para decirlo con el maestro Wittgenstein:

“los límites de mi lenguaje” significan los límites de mi mundo.[6]

Parece imposible condensar más, lograr que tan poco llegue tan profunda y simultáneamente a tantos niveles como el Tractatus logico-philosophicus. Y si hay algo más que no he dicho, pues lo digo con él. Aquello de lo que no se puede hablar, mejor callar.[7]

Será entonces aspiración de esta banda de haraganes tipo Monterroso o especialistas en el dardo como Lichtenberg o sabios como Wittgenstein el de creer que siempre es posible decir más con menos. Y ahí estamos, viendo quien es capaz de arriesgar más blanco en cada página escribiendo en la cornisa, en todo lo que un texto aguante sin precipitarse al vacío, jugando con el vértigo, amuchado en una línea, concentrado en frasco chico.

Berlín, Noviembre 2007

[1] Juan José Saer, “La selva de lo real“ en Una literatura sin atributos Univ. Iberoamericana, México D.F. 1996
[2] Lao Tse, Tao te king, versión de Ursula K.Le Guin, Editorial Debate, Madrid 1999
[3] Esther Andradi Come, éste es mi cuerpo, Ediciones Último Reino, Buenos Aires 1991, (2da edición 1997)
[4] Roberto Fontanarrosa: “Pequeño Fontanarrosa Ilustrado”, fragmento de la charla del humorista en la Feria del Libro de Rosario publicado en la contratapa del diario Página 12, 30.Agosto 2006
[5] Jorge Luis Borges, “El Golem”1958, en Nueva Antología Personal,Emecé Editores,Buenos Aires, 1968
[6] Ludwig Wittgenstein Tractatus-logico-philosophicus, Alianya Editorial, Madrid, 1989
[7] Ibid.


Ponencia presentada por Esther Andradi en el Simposio Internacional Nanophilologie: Microrrelatos-Microficciones, organizado por el Prof. Dr. Ottmar Ette, en la Univerdidad de Potsdam el 28. de noviembre de 2007. Inédito en castellano, Fractales fue publicado en alemán en las Actas del Simposio, octubre 2008.
*la imagen es de: img.photobucket.com/.../IMG_2770.jpg
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(micro) Laberinto



click en el texto para visualizar mejor

Jesús Ademir Morales Rojas, nació en la Ciudad de México en 1973. Cursó estudios de Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México e Historia del Arte en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Ha publicado en diversas publicaciones literarias virtuales y en numerosos blogs de contenido educativo y cultural.
Su blog:
http://www.blogcultural.com
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Microficciones de Wilson Gorj



En español
http://quimicamenteimpuro.blogspot.com/search/label/Wilson%20Gorj

Em português:
http://omuroeoutraspgs.blogspot.com/
Leitura dinâmica: e-book – grátis ou baixá-lo em PDF.
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Los hermanos Chang aman el minicuento


Brevísimo editorial (con nota también breve y un link escandaloso)

A los Chang les cayó un rayo. Se estremecieron, conocieron el orgasmo de Zeus, cayeron muertos, resucitaron, y cuando abrieron los ojos, lo primero que dijeron fue:

—We love minicuento.

Nota:
(Queridos amigos, este número Chang está formado de tres partes. La primera, contiene los cuentos cortos y algunas teorías de nuestros siempre fieles colaboradores. La segunda, es la presentación de los minicuentos de los publicistas del primer taller de escritura creativa para publicistas del ICREA para el Círculo Creativos de Venezuela. La tercera, un dossier de lo que consideramos son grandes minicuentos, junto con unos links de teoría. Esperamos que disfruten).

http://www.hermanoschang.blogspot.com/

http://minidossierchang.blogspot.com/
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Ficticianos en Ficción Mínima






José T. Espinosa-Jácome
nació en Veracruz, México. Estudió la licenciatura en lengua y literatura hispánicas en la Universidad Iberoamericana. Hizo la maestría en Literatura Chicana en Denver University y obtuvo el doctorado en Letras Mexicanas en la Universidad de Nebraska, Lincoln. Ha sido periodista, escritor de libretos para la televisión, traductor de tiras cómicas, productor , conductor, actor, y animador del programa Los Signos en Rotación, para KZUM, y ha sido también compositor de música popular. Ha publicado Con el sereno ritmo de una gota de agua (poemas), y un estudio psicoanalítico La focalización Inconsciente en Pedro Páramo, cuya tercera edición corregida y aumentada está por salir a la luz pública. El Bulletin Hispanique publicó en 1998 su artículo "Palinuro: Escultura del artista adolescente" capítulo de un libro sobre Fernando del Paso en proceso de publicación. Su libro, Las bicicletas de Boulder, publicado por editorial Eón en 2006; recibió el Chicano/Latino Literary Prize en el género de poesía, que otorga la Universidad de California, Irvine. En 2008 apareció su libro De entre los sueños: el espectro surrealista en Fernando del Paso. Ha enseñado en Athens Georgia, en Yale, y en la actualidad es Assistant Professor en Ball State University de Muncie, Indiana.

El cielo fue testigo
Honorable Sr. Juez, honorable Jurado: ruego a vuestra magnanimidad que seáis indulgentes con la acusada –mejor conocida en el barrio como La Tacha–, ya que su culpa singular estriba en llamarse Eutanasia, y todo como resultado de un error de imprenta en el santoral que utilizara el cura el día de su bautizo, el cual debía de registrar –entre los santos que se celebraban aquel día–, el de Santa Atanasia. Tal vez por esta razón, cada cual que oía su nombre, imploraba y aún exigía, que le dieran la muerte entre sus brazos.

El Devenir del Ometeotl
Existo porque nombras. Naciste al inventarnos. Desde entonces –inseparables– , tú volumen, yo luz; y los dos somos fuego, polvo… nada.

Caballos de fuerza
¡Feliz está la hormiguita que siega sol del trigal!

Fahrenheit 457
Soy el autor que sueña en el infierno, donde la humanidad lo sigue leyendo.

Ecolatría
Eras el ombligo del orbe enterrado en la Vía Láctea. Repetías un sin número de veces que aunque jugaras a vivir en su placenta: ella era agua que conformaba espejo; y si discutían siempre ganaba; por lo mismo, tú salías victorioso.Por eso fue que, tan goloso de tus atributos, saliste del agua para contemplarte.

Y al armadillo aún le crecía el pelo después de muerto
Era un charango que cuando lo rasgaban le salía un ángel por entre las cuerdas.

Guerra nuclear
Desde el montículo en que me había agazapado podía vigilar la zona a mi antojo. Tres helicópteros meganucleares se acercaban al objetivo donde una veintena de tanques se desplazaban –en apariencia– hacia ningún lugar en particular... mas yo sabía que era parte de su estrategia para despistar al enemigo.
Cinco soldados uniformados de gris y embadurnados de viscosidad, portaban antenas de telecomunicaciones; avanzaban a pecho tierra hacia las máquinas camufladas de anaranjado-oscuro y manchas negras, confundiéndose con la arena marrón del desierto en medio del oasis.
Aproveché el ensimismamiento de mis contrincantes, me levanté y disparé mi bazuca de insecticida: ¡fluuuush, fluuuush, fluuuush! ¡La operación resultó un éxito!
Me disponía a llevar a cabo el recuento de los daños al adversario: dos libélulas derrumbadas, cuatro catarinitas patas arriba, y tres babosas que yacían sobre los húmedos pedernales, cuando se oyó el grito de mi madre:
–¡A comeeeeeer!

Rollo del Mar Muerto
En el momento en que ordenase la ejecución de todos los recién nacidos en el reino, comenzó a recordar las noches locas de amor que pasara con la esclava más lozana que había conocido. ¡Cómo recorría su cuerpo desde los dedos de sus pies, las divinas piernas, lamiendo las comisuras de sus nalgas, hasta voltearla y devorar esos labios vaginales, para después dirigirse a sus senos, amamantarse hasta introducir el firme báculo que sería la felicidad de la doncella, quien a gritos levantaba sus piernas y ahorcaba su ardiente miembro, con su músculo de atleta de la danza para la cual había sido preparada antes de ser desposada con José!
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III Jornadas Nacionales de Minificción "La Minificción en Español y en Inglés"


Universidad del Centro Educativo Latinoamericano
Rosario, 9 y 10 de octubre de 2009

Con el patrocinio de UCEL celebraremos en Rosario, los días 9 y 10 de octubre del corriente año, las Terceras Jornadas Nacionales de Minificción, que cuentan con los auspicios de Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario, el Colegio de Traductores de la Provincia de Santa Fe, Segunda Circunscripción y la Asociación de Profesores de Inglés de Rosario.

La minificción, y en particular el microrrelato, han venido suscitando creciente interés entre creadores, críticos y lectores atraídos por las formas breves e hiperbreves, sus plurales dimensiones y su vigorosa expansión, tanto en las culturas de lengua hispánica cuanto en las anglófonas. Como testimonio de ello corresponde mencionar la realización de cinco Congresos Internacionales, organizados respectivamente por Lauro Zavala (México, 1998), Francisca Noguerol (Salamanca, 2002), Juan Armando Epple (Valparaíso, 2004), Irene Andrés-Suárez (Neuchâtel, 2006) y Laura Pollastri (Neuquén, 2008). Asimismo, se han realizado varias Jornadas nacionales en diversos países hispanoamericanos; en Argentina se celebraron precedentemente el Primer Encuentro Nacional de Minificción, organizado por Raúl Brasca, Luisa Valenzuela y Sandra Bianchi (Buenos Aires, 2006) y las Primeras Jornadas Universitarias de Minificción, convocadas por David Lagmanovich (San Miguel de Tucumán, 2007).

El objetivo común de esas productivas reuniones ha sido crear un espacio propicio para la interacción entre escritores, académicos y lectores, la difusión de nuevas propuestas escriturarias, la reflexión teórica, la lectura crítica, la producción de estudios comparativos y el intercambio de experiencias y proyectos relacionados con la enseñanza-aprendizaje de la literatura y las lenguas. Estas nuevas Jornadas, organizadas por la Licenciatura en Lengua y Literatura Inglesas de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano de Rosario (UCEL), se encuadran en el espíritu que ha animado a los encuentros precedentes, poniendo especial énfasis en el estudio de la microficción escrita en lengua inglesa (Sudden, Quick, Flash Fiction) en los variados espacios culturales del mundo anglófono y en comparación con la minificción hispanoamericana.

http://200.58.120.183/jornadas-llli-ucel.com.ar/index-es.html
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Leer Despierta: microrrelatos y microficciones simultáneas


Jueves 2 de julio

Jornada de lectura simultánea

Durante este día, en las quince comunas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
escritoras y escritores irán a la búsqueda de lectoras y lectores en actividades simultáneas. Además, en escuelas de la Ciudad, habrá narradores orales y escritores dialogando con los alumnos.


Comuna 2
Biblioteca Nacional
Agüero 2502
Sala: Augusto Cortazár
A las 19: Luisa Valenzuela leerá cuentos y microrrelatos
y dialogará con el público.
Presenta: Víctor Redondo

Comuna 3
Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA)
Auditorio “Francisco Madariaga”
Bartolomé Mitre 2815, 2º piso, oficinas 225 a 230.
A las 19: Raúl Brasca leerá microficciones
y Canela leerá sus poemas para adultos y ambos dialogarán con el público.
Presenta: Graciela Aráoz

SEA / Sociedad de Escritoras y Escritores de la ArgentinaAsociación Civil - Personería Jurídica IGPJ 0078/2001Bartolomé Mitre 2815, 2º piso, oficinas 225 a 230C1201AAA Ciudad Autónoma de Buenos Aires. ArgentinaTel. (5411) 4 864 8101
http://www.lasea.org.ar/

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Se buscan microrrelatos

La asociación literaria Colectivo Iletrados ha abierto el plazo para presentar colaboraciones para el próximo número (el octavo) de su fanzine Manifiesto Azul. La recepción de microrrelatos o poemas queda abierta hasta el 20 de Septiembre. Los interesados pueden enviar sus textos a la siguiente dirección: colectivoiletrados@hotmail.com



Manifiesto Azul es un fanzine de "literatura e inquietudes varias" que se publica en la ciudad de Murcia (España) desde 2004. En él han participado autores de microrrelatos como David Roas, Alejandro Bentivoglio, Josep Torrent o Leandro Hidalgo. Para obtener más información sobre la asociación y para descargarse gratuitamente los números anteriores de Manifiesto Azul, se puede visitar el blog de Colectivo Iletrados.
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