24 de Marzo en Argentina. Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia
Selección de textos extraídos de la antología Arden Andes
Chile
LEONARDO HENRICHSEN FILMÓ SU TRÁNSITO A
Leonardo Henrichsen cayó en la esquina de Agustinas con Morandé, a pasos de
Filmaba para
El joven periodista y camarógrafo argentino registró en su cámara al soldado que le disparó.
En seis minutos y medio grabó su propia muerte y el anticipo de la agonía de millares de chilenos.
Transcurrieron más de treinta años hasta lograr ubicar al asesino: el cabo de ejército Héctor Hernán Bustamante Gómez. Murió de viejo, impune, en el Hospital Militar.
JORGE ARIEL MADRAZO
Argentina
CÓMO PUDO SER
Qué sudoroso el brío para enrumbar la galera de esclavos hacia la remota isla de Náhuatl; cuán refrescante la brisa que, en la playa infinita, cacheteó nuestra plegaria; qué injusto el látigo del capanga al recordarnos la servil condición; cómo los orangutanes de la jungla antojaban –en lo grotesco –parecerse a nuestro empeño. Qué libres resollaban al comparársenos. Ah, cómo reímos al clavarse de pronto mil flechas en el tórax de los amos. Cómo, cómo vinimos a morir aquí.
JOSÉ LEANDRO URBINA
Chile
30 SEGUNDOS
Afuera hay gente.
Mi mamá nos pide que bajemos la voz.
Los escuchamos.
Mi hermano apaga la tele.
Del pasillo viene un murmullo confuso.
Ahora unos pasos.
Comienzan a golpear la puerta.
LILIAN ELPHICK
Chile
BALADA DE
A Marta Ugarte Román, detenida por
Qué curioso es ver al viento en su transparencia de pelo revuelto. Y qué inquietante esta inmovilidad inquebrantable frente al mar convulso, y las agujas de agua fatigándome, los pequeños crustáceos cerca de mí, arriba de mí, silenciosos y activos. Qué decir de las gaviotas graznando asesinatos: me abraza la sangre que poco a poco se evapora. El pañuelo voló hace mucho.
Y por ser piedra, lloro.
LAURA NICASTRO
Argentina
MI PIERRE
Cuando Pierre vuelve a casa, después de cumplida la tarea, me agacho a sus pies y le quito las galochas embarradas. Le alcanzo agua para que se lave las manos pringosas. Y si la camisa tiene manchas (casi siempre), le doy una limpia.
Él se acerca a la cuna de nuestro hijo y, en silencio, lo contempla. Suspira: el querubín heredará no sólo su nombre, sino también su oficio.
Comemos un poco de pan, guiso, sopa. El día del Señor tomamos algo de vino. Mi Pierre nunca se emborracha.
Enseguida nos acostamos. Él esconde la cabeza en el hueco de mi cuello, como pájaro que quisiera dormir.
Lo arrullo con una canción, pero siento que sus lágrimas resbalan por mis pechos. Trato de consolarlo.
¡Es tan difícil ser la mujer del verdugo!
PEDRO GUILLERMO JARA
Chile
EL HOMBRE DE LOS PIES QUEMADOS
Por extrañas circunstancias al hombre se le habían quemado los pies. Era dos tizones como leños oscuros. Al caminar por las calles sus pasos se escuchaban así:
—¡Tic-toc!... ¡Tic-toc!
Los niños, curiosos, seguían al hombre de los pies quemados, no por compasión, ni burla, ni nada de eso. Lo seguían porque al caminar desde los pies se desprendían pequeños trozos de carbón que los niños se disputaban a gritos. Con estos trozos los niños dibujaban nubes, corderos, soles, lunas y lluvia, en las paredes de la población.
En algunas oportunidades los adultos también seguían al hombre de los pies quemados, recogían los trozos de carbón y escribían consignas en las paredes, llamando a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad, ideas que se habían perdido en el tiempo.
MARIO GOLOBOFF
Argentina
GENERAL JORGE RAFAEL VIDELA
Amaba los perros de caza, los tapices con ciervos y la música de Wagner. Leía pocos diarios, pero se detenía a hacer palabras cruzadas. No toleraba el rumor de los árboles ni el trino de los pájaros. Dormía bien.
MARÍA CRISTINA RAMOS
Argentina
EMBOSCADOS
El balde estaba lleno de sombra. Nos mojábamos los dedos y nos pintábamos la cara. Entonces nos cubría la oscuridad y sólo seguía brillando la pregunta de los ojos. Cuando venían a buscarnos, bajábamos los párpados y no nos encontraban.
Un día el balde estuvo lleno de verde. Nos pintamos. Ahora vivimos en el bosque, y nadie entiende cuando el idioma de los pájaros deja pasar también una palabra. Alguna de las que todavía pronunciamos.
Convocatoria: Minicuentos por la identidad
Minicuentos por la identidad
Con motivo de la conmemoración del Día Nacional de
Las obras deberán enviarse a contacto@cuentosymas.com.ar hasta el 15 de abril inclusive. Los organizadores sortearán entre los autores 10 libros de
Cuentosymas es un espacio en Internet dedicado a la promoción de la lectura y la escritura de la narrativa breve hispanoamericana. El sitio alberga más de 3000 cuentos cortos, que se complementan con minibiografías y entrevistas a escritores, estudios teóricos sobre el microrrelato, y un apartado con todas las novedades sobre este género literario.
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Contacto:
Mónica Pano
Cortoletraje y otros materiales de construcción. Alberto Hernández
Las microficciones de Graciela Tomassini
Botellas
Hay una vitrina en Roma donde se exhiben botellas de diversos tamaños, formas y colores.
Botellas ínfimas, hechas para contener perfumes o portar venenos, botellones opalinos, vasijas ventrudas de vidrio sutil, cuya entraña perfectamente esférica gesta interminablemente un navío construido con fósforos o escarbadientes; vasos rojos en forma de zapatilla de baile o de papagayo, una botella como un ánade azul, otra como un tigre amarillo, retortas, redomas, botellas de Leyden, tubos de ensayo, generosas damajuanas con picos de pájaros, vasijas con forma de cabeza de cerdo o de pirata, otras como manos rosadas o blanquísimas, con uñas pintadas.
Abigarradas en el discreto espacio del exhibidor suavemente iluminado, las botellas componen una perfecta naturaleza muerta. Vaciadas de los licores que alguna vez contuvieron, las variopintas redomas conservan un sedimento púlveo o viscoso de vino, sangre, tósigo, agua tofana, cuya prolongada ausencia no evita que las huellas tiñan levemente los fondos, como una resaca que no termina de despedirse.
Los brillos pálidos, exangües, de los vidrios vacíos cruzan sus reflejos bajo los focos empañados, y uno se pregunta si dialogan en la cálida noche romana, si se cuentan historias de fogosas pasiones o crímenes secretos, o si en cambio esperan que un incauto coleccionista ceda al impulso de comprar alguna, seducido por su rareza. En ese caso, el maleficio no se activará mientras el corcho permanezca en su sitio.
Desconcierto barroco
A regañadientes, el anticuario accedió a mostrarme la miniatura. Parecía una moneda de cinco centavos en el hueco de su palma. Dijo que era imposible calcular su valor: una pieza única, no sólo porque quizás no hubiese otra de su género, sino porque el resto de la obra del Fernandinho había sido quemada por el Santo Oficio, apenas unas horas antes de que el cuerpo del pintor ardiera en la misma pira.
Inscripto en el óvalo de la medalla, un ángel casi envuelto en sus propias alas, extendía hacia el contemplador una mano abierta, como en un gesto de invitación.
Si el resto de la obra de este artista desconocido era de parecido talante, no me explicaba por qué había sufrido la infausta suerte de los herejes.
Las miniaturas no revelan sus secretos al ojo nudo, dijo el Anticuario, como respondiendo a mi muda observación. Habló largamente de diminutas figuras o símbolos, minuciosamente disimulados en cabelleras o en los pliegues de las vestiduras, semblantes bestiales ocultos en los rizos de las barbas o en las circunvoluciones de alguna oreja. Las formas perceptibles, pequeñísimas en sí mismas, inscriben una dimensión espacial que se abisma más allá de las puertas de lo visible. Probablemente, sospecharon mucho más del Fernandinho que de ningún otro. Era mulato, de madre yoruba. Su padre, hidalgo y dueño de una plantación de tabaco en el norte de Brasil, lo envió a estudiar a Lisboa, pero el destino lo llevó a Roma, de la mano de Francisco de Holanda, quien lo recomendó al famoso miniador Julio Clovio, il piccolo Michelangelo, maestro de El Greco e iluminador del Libro de las Horas del Cardenal Farnese. No contaba aún catorce años el Fernandinho cuando asombró a sus maestros con su Pequeña Anunciación, más tarde juzgada como herética. La joven Virgen no aparecía allí en actitud sumisa de recogimiento, sino de pie y con la cabeza ligeramente echada hacia atrás, como en éxtasis. Si se observaban los ojos bien abiertos con una lente de poderoso aumento, se podía ver inscripto en ambas pupilas el doble reflejo del Mensajero, realizado en lámina de oro. Se tiene noticia de otra de sus obras, un retrato en miniatura del Cardenal Infante Don Henrique, hermano de don Joao III y Gran Inquisidor de Coimbra. Se dice que la luz de los ojos del adusto semblante reflejaba la imagen de una cortesana con el opulento seno descubierto que ofrecía con insinuante gesto un racimo de uvas negras.
La leyenda magnifica el virtuosismo manierista del Fernandinho, llamado O Olho por sus contemporáneos. Se le atribuyen perfecciones inhumanas, como la de representar no sólo el mundo atrapado en los ojos de la figura pintada en primer plano, sino también, en una dimensión imperceptible aunque con rigurosa definición, el objeto de la mirada del personaje contemplado.
Tal vez acicateado por mi gesto de incredulidad, el Anticuario me alcanzó una lupa y bajó la lámpara para concentrar el cono de luz. En las pupilas del Angel se apreciaba, con impecable precisión, la polícroma imagen de Janaína-Jemanjá, no la estilizada versión del sincretismo religioso, sino la multípara reina pródiga y fecunda, generosa de pechos y caderas, resplandeciente en su negritud.
Memoria sobre la desaparición de la especie Brunfelsia Australis
Brunfelsia australis, planta aborígen de América del Sur, nombre común: Jazmín del Paraguay, Solana Furiosa, Jazmín América.
Brunfelsia australis, arbusto perennifolio, de copa globosa, hojas alternas, simples, cortamente pecioladas; flores levemene cigomorfas y muy fragantes, de color violeta que cambia a blanco antes de desprenderse y caer, en lento vuelo espiralado.
No puedo decir con certeza cuándo percibí su ausencia. Como pasar de un continente a otro sin darse cuenta. Como cambiar de rostro, y no encontrarse más en el espejo. No sé si pasó de repente, o si fui yo que de repente comencé a extrañarla.
Es inútil preguntar por ella en los viveros: la confunden con otras especies, o fingen ignorar su existencia. Los empleados de Parques y Paseos, todos jóvenes, me miran extrañados, creen que estoy loca. No sólo la han erradicado, también han extinguido su memoria. No figura en las taxonomías actuales; para encontrar su descripción, hay que consultar las viejas Historias Naturales, como la de Romualdo González Fragoso, en tres tomos con ilustraciones.
Pero eso no es todo. También la borraron de
No es casual que la flor cuya fragancia insufla vida a los recuerdos perdidos haya sido minuciosa e implacablemente condenada a una extinción no sólo física. Poderosas sombras han decidido exonerarla de la memoria colectiva, porque han comprendido que, en las manos apropiadas, el Jazmín América es un arma mil veces más efectiva que aquellas que promueven la destrucción.
Pero quien logró como yo escuchar la voz del jazmín en el silencio de la noche no olvida. Esa dulce aterciopelada voz sigue hablando en mi cabeza, y por eso busco, por eso recorro los caminos, me meto en las frondas, exploro las ruinas de los conventos y los patios de las posadas fascinada por un eco que me sigue hablando de aquéllo, de lo único que importa.
Más Graciela Tomassini en hacedoresdepalabras.blogspot.com
O en en dial FM AZ 92. 7 Rosario
Viernes de 12 de la noche a 1 de la madrugada
Clem. Daniela Jaimes Borges
Su piel no se descompone como las demás, se ahueca en una minúscula espera que hoy, los que la amamos, llenamos con algodones de colores que cambiaremos las veces que sea necesario, las veces que Clem decida empaparlos de espantos.
Tres de Orlando Romano
El taller de Brasca en la SEA
Cursos en
INTRODUCCIÓN A
A cargo de Raúl Brasca
PROGRAMA
-Características de la microficción: brevedad y condensación semántica.
-Recursos para alcanzar la brevedad:
La elipsis
Los marcos de referencia
Comienzos in medias res
¿Cómo se mide la brevedad de una microficción?
Condensación, concisión y precisión.
¿Cuánto más breve mejor?
Práctica de escritura
-Microficciones narrativas: el microrrelato.
-El microrrelato no es un cuento brevísimo.
-Un microrrelato arquetípico.
-Microrrelatos realistas, fantásticos y pertenecientes al absurdo.
-Comprimir la anécdota.
-Expandir la brevedad.
Práctica de escritura
Microrrelato y reescritura.
La reescritura como homenaje y como crítica.
Modos oblicuos de expresión. La ironía.
El elemento lúdico. El humor.
Diferencia entre microrrelato humorístico y chiste.
Reescritura de mitos clásicos.
El final de las microficciones y de los microrrelatos. Paradoja, ambigüedad y poder de sugerencia.
Práctica de escritura
Las dualidades en el microrrelato:
Las dualidades soñador-soñado, mundo real-mundo soñado, macromundo-micromundo, imagen real-imagen especular, inversiones.
Práctica de escritura
El desplazamiento del sentido en el microrrelato.
Significado literal y significado metafórico de una palabra.
Significado literal y significado metafórico de frases de uso corriente.
Práctica de escritura
Microficciones que se acercan al poema.
Microficciones argumentativas o ensayísticas.
Microteatro.
Práctica de escritura
Micrometaficciones.
Microficciones recortadas de textos mayores.
El final de las microficciones como emanación de lo que el texto calla.
Conclusiones y bibliografía.
Los días lunes de
Comienza LUNES 14 de marzo.
4 clases: $ 240.
Informes e inscripción en