0 com

Ficción Mínima en papel: Cuentos de Antonio Cruz

Fin de semana
Sábado 29 de Junio de 2013
 |  14
TalCual


Fin de semana

LITERALES

Cuentos



ANTONIO CRUZ


Cinturón de castidad
NOCHE DE BRUJAS Cegado por el pánico, desenfundó el arma y disparó repetidas veces sobre el monstruo. Nadie le había dicho que esa noche era hallowen.

COMO ME CONSIDERO UN BUEN SICÓLOGO, DECIDÍ SOCORRERLO En cuanto lo vi en el puente con la mirada perdida y el rostro confuso supe que necesitaba ayuda. Como me considero un buen psicólogo, decidí socorrerlo.

Me acerqué, le ofrecí un cigarrillo y nos quedamos conversando largas horas apoyados en la baranda.

Ya casi amanecía cuando apreté el gatillo. Aguanté el cuerpo con el hombro y disparé por segunda vez a su cabeza. Luego, con un empujón, lo tiré al río.

Me alejé con paso sereno y la satisfacción del deber cumplido. No hay nada que me ponga más contento que ayudar a los suicidas indecisos.

AVISO Liquido soledad de cien años. Por informes, dirigirse a Macondo. Preguntar por Aureliano Márquez o Gabriel Buendía.

MINOTAURO Como quería descubrirse se metió en la maraña de su alma. Todavía vaga por los meandros de su mente sin poder salir del laberinto porque olvidó llevar un hilo que le marcara el camino de regreso.

CINTURÓN DE CASTIDAD Cuando partió a las cruzadas, Sir Arthur entregó al abad la llave del cinturón de castidad de Lady Laura.

Su sorpresa fue mayúscula cuando, a pocas horas de dejar atrás su castillo, el abad, a galope furioso, alcanzó la columna de Sir Arthur para reclamarle que había dejado la llave equivocada.

SUEÑO Despierta empapado en transpiración y con el corazón desbocado. Acaba de tener un sueño espantoso. Soñó que la muerte llamaba a su puerta. Todavía aterrado y temblando camina hacia la cocina, abre la heladera y se sirve un vaso de agua. Agradece el haber despertado.

En ese momento alguien llama a su puerta.

HUELGA La huelga de peones apenas fue el preludio. La rebelión de los caballos y la furia de los alfiles completaron la escena. Al final, el ajedrez, convertido en populismo, terminó derrotado por los juegos de rol.

III Cuando despertó, Circe descubrió que compartía su cama con un cerdo.

IX Amor mío: Si al despertarte ves un dinosaurio no te asustes. Es parte del juego.

DE CÓMO LA BUROCRACIA EN EL PARAÍSO DETERMINÓ LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA Asustado, rogó a Dios que la expulsara.

Por el Sabatt, Yavé pospuso el pedido. Al día siguiente era tarde. Adán ya había probado la manzana.

CAPERUCITA Cuando el lobo salió de su escondite, Caperucita Roja lo inmovilizó con el aerosol que guardaba en su cartera, lo arrastró hasta el fondo del callejón, vació sus bolsillos y terminó su faena. Luego se marchó en busca de otros lobos.

ESPEJO Cuando el ama de llaves vio al ciego ante el espejo no aguantó la curiosidad y preguntó el motivo. "Los mundos especulares están comunicados" dijo el hombre "Este espejo refleja mi alma; yo, simplemente la contemplo para imaginar historias que luego dictaré a mi secretaria" y dejando a la mujer atónita caminó en dirección al estudio.

Antonio Cruz (Santiago del Estero, Argentina, 1951) es médico, narrador y poeta. Autor de seis poemarios, en minificción ha publicado: Tío Elías y otros cuentos (2004), Escritos diminutos (2008), Cua- derno de microrrelatos (2010), Cuaderno de microrrelatos II (2011) y la antología El microrrelato en Santiago del Estero (2011).
Read more »
0 com

Un día de junio. Saturnino Rodríguez Riverón

Menos de 24 horas era el plazo para levantarme a Molly en este Dublín de los mil demonios. El barco zarparía sin apelación al amanecer. El Capitán, un mallorquín herrumbroso y cascarrabias, lo gritó: si se van de correrías, recojo cabos y me largo. Sólo ahora, pasada la medianoche, topaba con ella. Según dijo, Leopold, su marido, estuvo todo el día deambulando y llegó a casa a las dos de la madrugada junto a un tal Stephen. Sé que al final Molly va a decir sí yo quiero Sí, como aquella vez en Gibraltar con la rosa colorada en los cabellos al modo de las muchachas andaluzas, donde después me pidió con los ojos que se lo preguntara de nuevo y mi corazón golpeaba arrebatado. Trato de abrazarla, de besarla y sentir otra vez sus senos todo perfume. La llamo Flor de la Montaña, mi Flor de la Montaña. Ella me rechaza, lanzándose a una perorata interminable. Sin hacer pausa en su pensamiento sin poner un punto ni una coma me sugiere que tenga calma que le permita desahogarse nunca ha contado con cincuenta páginas para ella sola y no quiere quedar mal cuando termine con el monólogo interior entonces

Read more »
0 com

Gotas de tinta y palabreos de Virginia Vidal

Fin de semana
Sábado 15 de Junio de 2013
 |  13
TalCual


Fin de semana

LITERALES

Gotas de tinta y palabreos



VIRGINIA VIDAL


Sabres. Mel Ramos
NU-SHU * Nací con el siglo pasado, como otras mujeres de mi aldea.

Cuando constatamos que en una mujer todos los caminos se queman, fundamos una hermandad. Nos escondíamos en el ático para practicar la escritura secreta llamada Nu-Shu. En abanicos y pañuelos, en cuadernos cuidadosamente plegados estampamos textos de nuestro sistema de escritura y también lo ocultamos en muestras de bordados. Pincel en mano, aguja en mano, evocábamos el cielo de la niñez anterior a la miserable vida matrimonial. Para cada una, de nosotras, todo empezó cuando nuestros padres dieron a un desconocido un papel rojo con la fecha de nacimiento escrita, como prueba del compromiso. A mí me cambiaron por una vaca...

Transcurrió la historia, los ejércitos pasaron y cambiaron uniformes, mas todos buscaron nuestra escritura Nu-Shu decididos a destruirla...

*Homenaje a Yang Huanyi (la última mujer china que dominaba la escritura nushu), escrito antes de su muerte, ocurrida el 20 de septiembre de 2004. Este sistema de escritura se creó hace cuatrocientos años y fue utilizado por las mujeres de la minoría étnica Yao en la provincia de Hunan. Con la desaparición de Yang Huanyi, esta escritura compuesta por setecientos ideogramas perece con ella.

DESPECHO Para poner fin a su desdicha de amante incomprendido, abre las llaves del gas y prende un fósforo. Su departamento y el de su vecino son demolidos por la explosión y treinta y nueve viviendas quedan sumamente dañadas. El suicida es hallado entre los escombros, vulnerado de heridas leves, pero muy aturdido...

MAR INTERIOR Mi antro, que no casa, está rodeado de un mar interior donde nadan peces ciegos, anguilas eléctricas y sobrenadan esqueletos de deseos insatisfechos, impulsos reprimidos, nubarrones, sombras desvaídas, sombras recalcadas, levitaciones, zambullidas, vuelos siderales, retazos de sueños, motas de ensueños, hilachas de retentiva, miedos, deseos, truncos, desviaciones, merodeos, embates del olvido, quebrazón de memoraciones, incursiones en la densidad sigilosa, cera para imprimir llaves, espejos rotos DOBLE VÍNCULO A Eduardo Llanos Borges en Sumatra hizo la pregunta a los aprendices de brujos y luego los lanzó por inextricables senderos bifurcados en laberintos cubiertos de espejos para ser arrastrados hacia un vertiginoso remolino de gatos.

BORRADITA Planché mi mejor vestido y mi alma: ni una arruga. Me cubrí de ungüentos. Me lustré. Relucientes el pelo y las uñas. Delineados ojos y labios. Pintados la boca y los párpados. Perfumada de la cabeza a los pies. Un collar de corales. Mi vestido, enrollado con tu ropa. Ni miraste mis prendas de encaje, mis medias negras con palomas bordadas. Desgranaste mi collar. Enredaste mi pelo y lo tironeaste.

A besos me quitaste la pintura... Ahora me huelo y sólo siento tu olor. Me miro al espejo y estoy completamente borrada, menos los ojos.

ESTACIÓN DEL MIEDO 11-M Subí al tren algo adormilado en el Pozo del Tío Raimundo. Me quedé transpuesto. Un estruendo de piedras acuchilladas, de estallido de luna. Todo humo. Mi corazón en la cabeza. Voló mi ojo y su colgajo guinda de un poste de alumbrado en la Estación de Atocha. Mi brazo yace entre hierros retorcidos. Un dedo de mi mano desparramada echó a rodar mi anillo de matrimonio. Mi oreja extraviada oye a mi mujer declarar en una entrevista que ahora ella va a llevar a nuestro hijo a jugar fútbol...

Virginia Vidal, Santiago de Chile, 1932. Narradora, periodista. Ha publicado, entre otros: Gotas de tinta y palabreos (minificción, 2008); Oro, Veneno, Puñal (2002), Cadáveres del Incendio Her- moso (1990); Rumbo a Ítaca (1998).

Read more »
0 com

Artilugios de Pedro Rangel Mora. Ficción Mínima en papel

Fin de semana
Sábado 18 de Mayo de 2013
 |  19
TalCual


Fin de semana

LITERALES

Artilugios



PEDRO RANGEL MORA


1 El hombre, veinte años después, regresa al bar donde había sido testigo del sangriento duelo. Como citados por un destino inmisericorde, también se encuentran en el bar los hijos de aquellos seres cuyas vidas se deslizaron por el acero de los cuchillos de aquella noche en el páramo, tan fría como funesta. La terrible historia está a punto de repetirse. Frente a frente los jóvenes, empuñando la muerte brillante, larga. El testigo se niega a presenciar otra vez la desgracia, se arroja entre los duelistas y los increpa buscando cambiar el destino. Y parte al no lugar, satisfecho, sabiendo que ha roto la inercia, sintiendo el ardor lacerante de los aceros filosos en sus vísceras, sabiendo que los jóvenes que huyen tiene ahora la oportunidad de morir de otro modo, si el destino que sus padres les trenzaron encuentra a otro insensato que se interponga con la inercia de sus destinos.

2 El espejo, cansado de años y años de reproducir la sala, los mismos muebles labrados, las mismas alfombras con personajes míticos, las mismas pinturas de cuerpos desnudos, los mismos libros clásicos en los anaqueles, decide repetir otra realidad; y esa otra realidad es imitada por la sala, los muebles opacan sus colores, las alfombras se deshilachan, las pinturas son manchadas por el polvo, los libros en los anaqueles dejan de ser clásicos y se hacen libros comunes.

3 ¿Cuántos poetas vale un futbolista, cuántos narradores vale un político, cuántos ensayistas vale un empresario exitoso? 4 Hay quienes son personas, hay quienes son personajes. Desde luego hay quienes en determinado momento se transforman en personajes, y quienes siendo personajes hacen un esfuerzo en ser personas (hay quienes viajan y en otro país se transforman en personajes, o pueden ser personas). Pero en nuestra mente todos somos personajes, allí escribimos una vida llena de emociones, donde somos el centro, el único protagonista de la novela.

5 En la Bienal de Literatura, en la mañana, luego de las lecturas de las tres ponencias de los tres escritores del panel, se abrió el derecho de palabra. El público de inmediato apuntó su artillería contra uno de los escritores (conocido por sus apologías desvergonzadas a ciertas personalidades desvergonzadas). Ante el asombro en los rostros de los compañeros de mesa (invitados extranjeros), el escritor trata de defenderse hasta el cansancio, hasta caer en una aparente depresión anímica (justo cuando lo atacan por las flaquezas del lenguaje de sus apologías desvergonzadas), y tal como había hecho en otra ocasión, donde también lo agredieron, pidió un revólver para matarse (la primera vez nadie tenía un revolver, o nadie quiso prestarlo). En esta ocasión alguien del público se levantó y le llevó una pistola. El escritor de apologías desvergonzadas la tomó, la sopesó, la llevó a la sien derecha creando un agudo silencio de desconsideración, pero pronto se negó a disparar, bajó el arma. Exigió un revolver, quería morir de una bala de revolver, la pistola era gringa, el revólver latino, la pistola era femenina, el revólver masculino, alegó. En medio de las exclamaciones, alguien del público le pidió el revólver al vigilante privado que estaba en la puerta del salón, colgado, aferrado (por la tensión) de las charreteras del uniforme. Pero el vigilante privado, más por reflejo que por decisión, se negó a prestarlo, y cuando el público comenzó a pedir el revolver con cantos al unísono escapó despavorido por el pasillo. La atención nuevamente se centró en el escritor de apologías desvergonzadas, en la cara de estupefacción, de desconcierto, de los escritores extranjeros que lo acompañan como los dos ladrones en medio una calma de avispero recién quemado, calma que se rompe cuando otro hombre del público se acercó a la mesa y colocó sobre el mantel blanco un objeto pesado (quebrando un vaso que derramó un liquido marrón), objeto pesado que el hombre había ido a buscar al carro, objeto metálico gris oscuro con madera que el público satisfecho identificó como una escopeta recortada, doblada, abierta, a cuyo lado habían dejado dos cartuchos rojos (con perdigones) y base color cobre. El escritor de apologías desvergonzadas hizo amago de tomar el arma, pero se levantó indignado para marcharse, exigiendo a gritos que la próximas vez alguien traiga un revólver, no una escopeta, un revolver de hombre, ¡carajo! Pedro Rangel Mora (Mérida, 1956).

Narrador. Ha publicado: Coro de gan- sos (1984), El orden de los factores (1993), La yegua de la noche (1995), Autobiografías (1999), El enemigo (2004), Jazz (2005), Equis (2006), El mensajero (2007), Tres novelas (2007), Muerte en la víspera (2008), Del reino del demonio (minificción, 2011), El amigo imaginario (2012).


 

Read more »
0 com

III Jornada ¨Peruana de Minificción. Lima, septiembre 2013

El Grupo Literario Micrópolis tiene el gusto de invitar a todos los simpatizantes del arte de la minificción a la tercera jornada peruana de este género, la cual se desarrollará los días viernes 20 (15h00 a 21h40) y sábado 21 (14h00 a 21h40) de septiembre del presente año.
El evento se realizará en la Casa de la Literatura, ubicada en la antigua Estación de Desamparados (Jr. Ancash 207, Centro Histórico de Lima).
Read more »
0 com

Minificciones de Jaime Muñoz Vargas

Jaime Muñoz Vargas. México

Es escritor, maestro, periodista y editor. Entre otros, ha publicado El principio del terror (novela, 1998), Juegos de amor y malquerencia (novela, 2003), Pálpito de la sierra tarahumara (poesía, 1997), Filius (poesía, 1997), El augurio de la lumbre (cuento, 1989), Tientos y mediciones (periodismo, 2004), Miscelánea de productos textuales (periodismo, 2005), Guillermo González Camarena (biografía, 2005), Las manos del tahúr (cuento, 2006), Polvo somos (cuento, 2006), Ojos en la sombra (cuento, 2007), Monterrosaurio (cuento, 2008), Nómadas contra gángsters (periodismo, 2008), Leyenda Morgan (cuento, 2009) y Parábola del moribundo (novela, 2009); algunos de sus microrrelatos aparecen en la antología La otra mirada (2005) publicada en Palencia, España. Ha ganado los premios nacionales de Narrativa Joven (1989), de Novela Jorge Ibargüengoitia (2001), de cuento de San Luis Potosí (2005), de cuento Gerardo Cornejo (2005) y de novela Rafael Ramírez Heredia (2009); fue finalista en el Nacional de Novela Joaquín Mortiz 1998. Textos suyos han aparecido en publicaciones de México, Argentina y España.

Gallina en Nueva York

Lo que cuento es real. Andaba en Nueva York con mi amigo Fabián Vique, argentino, cuando vimos una gallina por la quinta avenida, muy cerca del hotel donde paramos para asistir a VI Encuentro Internacional de Literatura Surrealista organizado por la Universidad de Miami Campus Minnesota. El caso es que caía la tarde, íbamos de regreso al hotel y vimos la gallina. La seguimos, intrigados por su paso seguro y la certeza de que sería apachurrada por algún brutal neumático. La gallina, sin embargo, hacía alto en las esquinas, esperaba el rojo, avanzaba como si conociera todo el mecanismo de la vida en esa urbe. Vimos que entró a un bar, que con inglés perfecto pidió una cerveza y que bebió en paz, como burócrata cansado frente a la barra. Nosotros aprovechamos para pedir un par de Heinekens hasta que, por fin, la gallina pegó un salto desde el asiento alto y sin respaldo, y salió entera, campante. Fabián y yo no lo creíamos. Fuimos con el cantinero y le dijimos que aquello era insólito. El bárman, un joven de evidente origen puertorriqueño, respondió:
—Jajaja, es lo ma nolmal, en Nueva Yolk ya nada nos asombla. Jajaja.
Fabián, al margen de toda exaltación, con su habitual serenidad, resumió la escena en forma de microrrelato clásico:
—No sé si somos nosotros soñando una gallina en Nueva York o una gallina en Nueva York soñando con nosotros.

Guión tres equis

RICHARD: Hola, ¿cómo te llamas?
CASSANDRA: Cassandra, ¿y tú?
RICHARD: Richard… qué linda eres...

Acto seguido empiezan a coger.

Continuidad de los tragos


Sabía que era un borrachín impenitente y que jamás podría escapar de las botellas. Andaba, pues, de piquera en piquera, metido siempre en tragos y en problemas. Comprendía con dolor que sus pasos no eran los correctos, que su hígado era ya una pasa inservible, pero una poderosa fuerza interior lo movía porque en el fondo de su corazón palpitaba otra certeza: pese a su vida desastrosa y anónima, pese a sus veinte años consecutivos de ebriedad, alguna vez sería tema de un microrrelato, al menos de un minúsculo y pobre microrrelato que quizá, por qué no creerlo así, es éste.


Read more »