Ficción Mínima en papel: Niebla miedo en Gotham de José Luis Zárate


Fin de semana
Sábado 03 de Agosto de 2013
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TalCual


Fin de semana

LITERALES

Niebla miedo en Gotham



JOSÉ LUIS ZÁRATE


J im Gordon toma su café (amargo) y espera a Batman. Tiene miedo. Es tan común que es como el frio, o la lluvia. Algo de lo que te proteges pero que es, simplemente, más grande que uno mismo. Niebla miedo en Gotham, se dice. Entre sus dedos un frasco. Una antitoxina contra los químicos del Joker. Extrañamente no viene de industrias Wayne, no se lo ha dado la sombra oscura que protege la ciudad. Un médico. Las pastillas son amargas. No más juegos del psicópata.

Está a salvo. Limpio. Desintoxicado. Por ello el miedo. ¿Sabe la cantidad de alucinógenos que nos daba el maldito payaso? No sólo risas forzadas sino el aire negro de la ciudad, los edificios desmesurados, la lluvia permanente que no cesa. Jim Gordon toca el metal, mira la luz que proyecta al cielo, tiembla. A salvo. No más sueños. Espera, en vano espera y lo sabe.

Batman ¿Sabes con qué nos envenenó el Joker? ¿Sabes qué sombra nos convenció que era real? Batman ¿sabes que nunca responderás ya a la señal?

B/N
Los televisores de bulbos no desaparecieron. Los arrumbaron por estorbosos, pesados, con sus enormes cinescopio y nada que pareciera un control remoto. Los he ido rastreando, uno a uno. Pocos saben que funcionan aún. Que basta con encenderlos para ver noticias de un presente que no es. Uno en blanco y negro, en donde hay robots de aluminio, naves espaciales con remaches de metal, palancas y gruesos botones que parpadean. Las computadoras ocupan una habitación entera y se comunican con largas tiras de papel perforado. La sintonía se pierde, una imagen es seguida por mil horas de estática, pero una imagen es suficiente.

Tarde días, semanas, años buscándolas.

Hasta ayer cuando me vi, pantalla adentro, asomándome a este mundo. Qué soledad, tristeza, qué vacío, qué estática, que silencio, qué necesidad vi en ese hombre.

COCINA RÁPIDA Prisas. Prisas. 12 Invitados. Miró su reloj.

Se había hartado de comer sola, por ello esta cena. Pero el tiempo, el maldito tiempo.

Leyó las instrucciones. Sopa. Tres cubitos.

Añadir agua. Menos mal que se auto calentaba. Pollo. Sacó el paquete. Marcó en el formateador: Pierna y Muslo. En cocción frito.

¿Qué más? Frutas. No debía olvidar las frutas. Sacó los tubos de 100% natural y los exprimió en el plato. Sonrió. Todo iba a salir bien. Faltaba algo... ¿qué? Estuvo a punto de abandonar la cocina cuando se acordó.

Qué tonta. Añadió los invitados en polvo al hidratador, marcó 12 y mientras estaban listos se fue a vestir...

José Luis Zárate (Puebla, México, 1966).

Poeta, ensayista, narrador. Ha publicado una larga obra, entre las que destacan: El fin del mundo. Manuel de uso (2012), La máscara del héroe (2009), En el principio fue la sangre (2004), La ruta de hielo y sal (1998), entre otras. Publica tuiteratura constantemente en @joseluiszarate.

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