Partir. Daniela Jaimes-Borges
Camila siempre cambia de parecer. Se viste de blanco y luego lo odia, manchándolo con las ciruelas que acaba de comprar. Hoy, por primera vez, amaneció decidida, con su maleta rellena, casi lista para partir Al norte de Italia. Pero la sensación de los minutos, que se aprovechan de su impaciencia, le dicen que ya no viene. Nadie viene por ella, nadie la espera allá.
Ahora, muy resuelta, se rompe ella misma en pedazos, corte a corte, contra la pared (algunos vecinos tocan la puerta. No me atrevo a ver quién es). Antes, Camila, ha vaciado la maleta y al terminar de fracturarse, hace que su hijo la meta dentro de la misma y luego la abandone en algún lugar público para que alguien la lleve, la aleje, la repare.
Hasta hoy la maleta sigue ahí, sólo que día a día le falta algo: un hueso, un trozo de piel, un dedo. Siempre falta. Podríamos casi asegurar que no ha sido la misma persona que se ha llevado los trozos, por lo tanto ella debe estar feliz en todas partes.
Camila ha vencido el exilio, ha partido.
Ahora, muy resuelta, se rompe ella misma en pedazos, corte a corte, contra la pared (algunos vecinos tocan la puerta. No me atrevo a ver quién es). Antes, Camila, ha vaciado la maleta y al terminar de fracturarse, hace que su hijo la meta dentro de la misma y luego la abandone en algún lugar público para que alguien la lleve, la aleje, la repare.
Hasta hoy la maleta sigue ahí, sólo que día a día le falta algo: un hueso, un trozo de piel, un dedo. Siempre falta. Podríamos casi asegurar que no ha sido la misma persona que se ha llevado los trozos, por lo tanto ella debe estar feliz en todas partes.
Camila ha vencido el exilio, ha partido.
5 comentarios:
Bello relato. Una contundente miniatura.
Interesante juego entre partir y partirse. Vencer también es quebrar. Palabras muy sonoras y un tema con taninos profundos.
Salud!
Suscribo el comentario de Luis. Contundente... Me gusta el nombre de Camila
Me encantó! Es un regalo.
Contundente, definitivamente contundente!
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