Minificciones de Federico Patán
FEDERICO PATÁN. Nacido en
Asturias (España) en 1937, desde 1939 vive en México. Desde 1967 es profesor en
la Facultad de Filosofía y Letras, de la UNAM. Con frecuencia ha dado clases en
el extranjero y por veinte años reseñó
libros para el suplemento Sábado. En 1986 ganó el Premio Villaurrutia con su
primera novela: Último exilio, en 1994 El premio Universidad por su trayectoria
como escritor, el premio Fuentes Mares en 2006 con su libro de cuentos
Encuentros y en 2012 se le nombró
Profesor Emérito de la UNAM. En tanto que escritor ha publicado cuarenta
libros, los más recientes Casi desnudo (novela, 2008), Una infancia llamada
Exilio (memorias, 2011) , ¿Y el paraíso? (novela, 2013).
INTERTEXTUALIDAD
Huyó de If. Se hizo del tesoro. Lo invirtió en distintos negocios. Las
ganancias le quitaron toda preocupación
por el futuro. Se daba todos los caprichos. Se aburría. Viaja o lee, fue el
consejo de un amigo prudente. Visitó La Mancha, estuvo con los del Liguria,
acompañó a Nemo, habló con los cuatro hijos de Fiodor, té con Virginia en su
habitación, una pinta de cerveza en un pub dublinés. Sin prisas fue llegando a
viejo, ayudado por otras aventuras. Poco a poco se llenó de nostalgia. Supo
entonces, por boca de un príncipe, de un país del cual jamás había regresado
viajero ninguno. Sonriendo para sí, decidió visitarlo.
ATRACTIVO
Lo he afirmado siempre: la belleza real es compleja, hecha como está de
lo interno y de lo externo. Pero voy más allá: el cuerpo siempre cede ante lo
espiritual. Cuando éste domina, lo meramente físico queda en puro sostén,
gancho donde colgar lo que sinceramente importa. En consecuencia, guiado por mi
creencia, espero. Así, me adentro en la plática de una chica para decirme
enseguida: aún no. Sigo esperando ideas que me deslumbren en lo que expresan y
en su modo de expresarse. A veces, tanta vigilia es un agobio. ¿No existirá la
belleza real? Y de pronto un día cualquiera, quién sabe de dónde, aparece esta
muchacha cuyo modo de andar…
EL POETA SE LEVANTA
El poeta se levanta del lecho:
-¿Cómo dijiste que te llamabas?
-Beatriz.
-Ah sí, claro.
MUJER A LA VENTANA
La suave luz del atardecer se encamina, muy lenta, hacia la noche. La
ventana (cortinas de brocado color vino) permite seguir el tránsito desde lo
gris hacia lo negro. En la habitación un silencio de casa solitaria, acaso
situada en medio de un campo verde. La habitación, en una penumbra cada vez
mayor, de manera que los retratos al óleo van quedando en manchas
rectangulares, sin contenido. Está la sala, asimismo de brocado, y una alfombra
muelle, que silencia aún más el silencio. A la ventana, una mujer. Mira hacia
el exterior, ensimismada. Es alta, de pelo castaño claro, de piel suave, de
cuerpo esbelto. Mira hacia el exterior, desentendida de lo que tiene a sus
espaldas. El rostro, impasible. Si acaso, un asomo de temblor en los labios. Se
escucha el motor de un auto. El rostro palidece. El motor calla. La mujer ase
la cortina con la mano izquierda. La puerta de la habitación se abre y un
hombre entra. Queda inmóvil cercano a la puerta. La mujer sigue en su actitud
por una breve pausa. Luego, se vuelve hacia el recién llegado. “Hablemos pues”
le dice.
ROSA
TEORÍA LITERARIA
El bidiscurso otrodiegético misaficado de sermonemas rezotipifica la
hipocritificación de la textura metavaticana, amenizando el punto enofílico
donde el emisario circunscribe la parodiástole, carcaficcionándola mediante la
hostiaporosis del implícitus. La isosalivación autopercepciona desde el
nonpensatorio desmembrizando lo ya desmembrizado, hasta un huecolizar más
absoluto que certidumbriza lo imperceptibilizado. La simonía concluyente
desacerdotiza la páramotriz del excomulgatorio, de modo que la pecadanosis
involuciona hasta la nueva edenización del manchatorio original.
1 comentarios:
Todo un placer leerle. Textos por los que se entiende que el microrrelato está hecho de muchas lecturas, poesía, ironía, humor y un buen cambio, al final, que te anima a seguir leyendo el siguiente.
Por cierto, ¿dónde se pueden conseguir más microrrelatos de Patán?
Gracias.
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