Chiribitas de Leticia Herrera Alvarez

FALTA DE CALCIO

Aquella mujer se dejó llevar por el deseo compulsivo de comer yeso. Falta de calcio, pensaba; hasta que un día empezó a crecer alto, muy alto, y en medio del pecho le apareció, abierta, una ventana.



EL ESPECULADOR

-¡Basta ya de manipular la información! ¡Es usted un vulgar intermediario! ¡Esta vez quiero hablar directamente con el jefe!
Exigió la mujer al sacerdote, en el momento justo de la consagración.



LA SUFRIDA

-Nadie colgaba el teléfono como él.



CUENTO DE NUNCA ACABAR

Este era un hombre que se dejó seducir por su cuñada con un casete grabado con cantos de ballenas.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?



NO VOLTEES*

El poblado quedaba lejos aún. Apretó el paso de su caballo y con una voz que pretendía serenidad me dijo:
-Apúrale a tu yegua y no voltees.
Escuché entonces el crujir de una rama que se levantaba como si hubiera sido liberada de un gran peso.
Sin poder evitarlo volví el rostro. A mis espaldas, recortada en la casi total oscuridad de la noche, alcancé a verla figura de un hombre alado que levantaba el vuelo.

*Premio de cuento brevísimo, 1999, otorgado por la revista “El Cuento”.



CHIRIBITAS

Una sola langosta molesta; una plaga se vuelve paisaje.



AUTÉNTICA

Ya era una vaca, mucho antes de ser sagrada.


Del libro: CHIRIBITAS
de
Leticia Herrera Álvarez
Coalcomán, Michoacán, 1954, Ciudad de México.
Primera edición septiembre de 1995, Editorial Verdehalago, México, D.F.
Primera edición: (Aumentada), 2004, Editorial Verdehalago, México, D.F.

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