Minificciones de Angélica Santa Olaya
Angélica Santa Olaya. México.
Nació en la ciudad de México en 1962. Es Licenciada en
Periodismo y Comunicación Colectiva, Maestra en Historia y Etnohistoria becada
por el CONACYT (2008-2010). Egresada de la Escuela de Escritores de la Sociedad
General de Escritores de México (SOGEM). Primer lugar en dos concursos de
cuento breve e infantil en México y Segundo Lugar en el V Certamen
Internacional de Poesía "Victoria Siempre 2008", Entre Ríos,
Argentina. Publicada en más de veinte antologías latino e iberoamericanas de
cuento, poesía y teatro así como en diversos diarios y revistas nacionales e
internacionales. Autora de Habitar el tiempo (México, 2005), Miro la
tarde (Guanajuato, 2006), El Sollozo (México, 2006), Dedos de
agua (México, 2006), El lado oscuro del espejo (Argentina, 2007),
Del aprendizaje del aire (Editorial Fivestar, Brasil, 2009) como
traductora en coautoría con Tanussi Cardoso y Leo Lobos), Árbol de la
Esperanza (miCielo Ediciones,
México, 2011, 1ª. Edición / Catarsis Literaria El Drenaje, México, 2011, 2ª.
Edición) y Sala de Esperas (Eterno
Femenino Ediciones, México, 2012. Maestra de la Escuela Nacional de
Antropología e Historia (ENAH) y de la Universidad del Claustro de Sor Juana.
Su obra ha sido traducida al rumano, portugués, italiano, catalán y, en preparación,
la traducción al árabe.
DE
PRINCIPIO A FIN
Y en el
principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y
vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo. Y dijo Dios: Sea la
luz, y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena: y separó Dios la luz de las
tinieblas. Y un hombre, que todo lo vio, según dijo, se apresuró a contar la
historia... y a cobrar un módico diezmo por contar la historia del Génesis por
los siglos de los siglos...
EL QUE RÍE AL ÚLTIMO…
Todos querían su
parcela en la luna. Brasileños, argentinos, chilenos... nadie podía quedarse
atrás. Salvadoreños, venezolanos, cubanos, mexicanos y colombianos – queriendo
salvar la vida- rompieron sus alcancías para pagar 51 dólares por un título de
propiedad y un pasaporte a la luna. Cuando todos los compradores, centro y
sudamericanos, estuvieron dentro de la nave que los llevaría al camino celeste
para ocupar su propiedad, el american way
of life extendió sus largos tentáculos y se dispuso a ocupar las tierras
abandonadas en menos de lo que un tonto llegó a la luna, convirtiéndose, por
fin, en el realizado sueño de todos.
EPIFANÍA
Era tan hermoso que decidió vigilarlo para que no se fuera. Se sentó en una piedra y no le quitó los ojos de encima ni un solo segundo. Ese día no comió, ni bebió ni se preocupó de resguardarse para calmar el calor. De pronto, el sol, aburrido de sentirse observado, corrió a esconderse en el único lugar donde no podría ser visto por el hombre; dentro de él. El hombre, inundado de luz, encegueció. Entonces vino la noche y ambos, hombre y sol, pudieron descansar. Al día siguiente el hombre sabía que, aún ciego, no estaba solo.
Angélica Santa Olaya D. R. ©
3 comentarios:
Me encantaron estas minificciones de Angélica Santa Olaya; más que reír, me pusieron a pensar.
Interesantes...
Muchas Gracias Eva Leticia y Rolando Salazar por la lectura...
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