Las paleografías de Alfonso Pedraza
Alfonso Pedraza, México, es médico
cirujano, pero tiene una amplia labor como escritor y promotor literario. Es el
fundador y coordinador de Ficticia, (http://www.ficticia.com/index.html),
página web donde se combinan antologías, publicaciones y un taller de
minificciones que se ha mantenido por lustros.
Ha publicado el Libro de los seres no imaginarios y Alebrije de palabras y compiló las antologías Cien Fictimínimos. Microrrelatario de Ficticia y Cuentistas brevísimos de El cuento, revista de imaginación. Maneja los blogs: Arca Ficticia (www.arcaficticia.com); Minificciones de El cuento, revista de imaginación (www.minisdelcuento.wordpress.com) y Plasticidades (www.plasticidades.wordpress.com). Sus magníficos textos minificcionales, llenos de elipsis y matices, esconden bajo su cuidada factura, crueldades, horrores y oscuridades. VR
FEELINGS
Un cañón de pistola bajo la mandíbula me inyectó el reptil. Sentí su piel fría y viscosa deslizarse veloz por todo el cuerpo. Aceleró mi corazón. Oprimió pulmón y genitales.
Rebotó desde el culo al estómago colmando de un humor a cloaca mi boca seca.
--¡No voltees que te lleva la chingada! --tronó una voz en mi oído izquierdo y quedé paralizado gran rato hasta que no sentí su presencia.
Me quedé con el cuello ardiendo, los bolsillos vacíos, los pantalones mojados y preñado de su simiente que nunca podré dar a luz.
FEELINGS II
Días y noches de llanto incesante por el dolor que le causa un tumor cerebral. Mi hijo yace en esta cuna de hospital con la cabecita apoyada sobre duras bolsas de hielo.
Misericordia llega en forma de un delicado almohadón de lino, relleno de plumón de oca y con aroma a jazmín. Lo tomo y presiono sobre su carita hasta que cesan sus quejas.
DEFINICIÓN
Del plato a la boca de la botella de tinto (Merlot, cosecha 2001) vuela una mosca (musca domestica).
De la hornilla al fregadero la madre (ama de casa hacendosa, 40 años, religiosa a morir) prepara el puchero.
Del metro (transporte urbano subterráneo) a la estación de autobuses corre una niña (14 años, hasta ese momento estudiante) en busca de sí misma.
Del sujetapapeles del refri (20 pulgadas, sin escarcha y con fábrica de cubitos) cae al suelo una nota (letra casi infantil, con un adiós y un ruego).
De las manos resbala la olla y al suelo se cae la sopa (pasta de sémola de grano duro).
HÁGASE, SEÑOR, TU VOLUNTAD
Del plato a la boca, directamente y sin utensilio alguno, el hombre desea engullir su comida.
De modo que al inclinarse a tomar la bandeja entre las manos, hace una reverencia a la tierra que le alimenta. Y al apurar su puchero poco a poco eleva la cabeza y las manos, en señal de gratitud, al cielo que le provee.
Pero lo más importante es que de esa forma no se cae la sopa.
VIVIR, UN CANTO DE ABEJAS
En el verdor del prado mi niña da unos pasitos tomada de mi falda, aún no habla, me da un beso y le canto «Se oyen las abejas zumbar en el jardín...».
El uniforme del colegio hace ver linda a mi niña, me trae una flor, me la coloca en el pelo, me da un beso y cantamos «...cogeremos una que zumbe para ti...».
La melodía calma mis angustias y dolores, mi niña deja su valija en el piso, coloca un chal sobre los hombros, me da un beso y cantamos «...zum, zum, zum, déjame salir...».
Mi niña coge la silla y me conduce adentro. Su hija, me da un beso y cantamos «...zum, zum, zum, ya te puedes ir».
TOTA PULCRA
¿Cómo? ¿Es mi madre quien yace desnuda junto a mí? ¿En qué momento empezó a llenarme de besos, de caricias? ¿Cuál es esa sensación maravillosa que me recorre el cuerpo? ¿Qué fuerza impulsa mis manos para tocarla y asirme a sus pechos? Justo, cuando empiezo a penetrarla: comienza a tararear la misma nana de siempre y mi cuerpo, empequeñeciéndose, se introduce por completo en un viaje de retorno a sus entrañas.
Y ya no siento frío.
PALEOGRAFÍA SÚBITA
¿Son rupestres? Pensé al verlas.
No era posible estar seguro en esa media luz y el tufillo del lugar no dejaba concentrarme al máximo. Se notaba, además, la presencia humana por algunos graffitis que acompañaban las imágenes en ese muro sucio y avejentado.
Repasé mentalmente lo que en mis clases de arqueología eran primordiales: La altura en que estaban sobre el piso, la profundidad y textura de la inscripción, la firmeza del trazo; todo con el propósito de dar un juicio probo.
Al poco tiempo desistí y salí rápidamente del lugar.
¡Los viajes mentales que debo hacer cuando utilizo los sanitarios públicos!
FALLO SINCRÉTICO
Los austrolopitecus ojeaban con recelo a los paranthropus, mientras los hommo erectus y hommo habilis, de reojo, los repasaban con desdén. Los ardiphitecus observaban idiotizados al grupo entero. Todos, expectantes, se miraban entre sí.
Hommo sapiens, con aires de grandeza, pidió auscultarlos uno por uno y concluyó que ante la integridad de sus cuerpos; fue a Eslabón Perdido a quien se le extrajo la costilla en el edén.
CANDOR
La manzana cree aprisionar al gusano.
EUTANASIA PARA MI CUENTO
Fin.
Ha publicado el Libro de los seres no imaginarios y Alebrije de palabras y compiló las antologías Cien Fictimínimos. Microrrelatario de Ficticia y Cuentistas brevísimos de El cuento, revista de imaginación. Maneja los blogs: Arca Ficticia (www.arcaficticia.com); Minificciones de El cuento, revista de imaginación (www.minisdelcuento.wordpress.com) y Plasticidades (www.plasticidades.wordpress.com). Sus magníficos textos minificcionales, llenos de elipsis y matices, esconden bajo su cuidada factura, crueldades, horrores y oscuridades. VR
FEELINGS
Un cañón de pistola bajo la mandíbula me inyectó el reptil. Sentí su piel fría y viscosa deslizarse veloz por todo el cuerpo. Aceleró mi corazón. Oprimió pulmón y genitales.
Rebotó desde el culo al estómago colmando de un humor a cloaca mi boca seca.
--¡No voltees que te lleva la chingada! --tronó una voz en mi oído izquierdo y quedé paralizado gran rato hasta que no sentí su presencia.
Me quedé con el cuello ardiendo, los bolsillos vacíos, los pantalones mojados y preñado de su simiente que nunca podré dar a luz.
FEELINGS II
Días y noches de llanto incesante por el dolor que le causa un tumor cerebral. Mi hijo yace en esta cuna de hospital con la cabecita apoyada sobre duras bolsas de hielo.
Misericordia llega en forma de un delicado almohadón de lino, relleno de plumón de oca y con aroma a jazmín. Lo tomo y presiono sobre su carita hasta que cesan sus quejas.
DEFINICIÓN
Del plato a la boca de la botella de tinto (Merlot, cosecha 2001) vuela una mosca (musca domestica).
De la hornilla al fregadero la madre (ama de casa hacendosa, 40 años, religiosa a morir) prepara el puchero.
Del metro (transporte urbano subterráneo) a la estación de autobuses corre una niña (14 años, hasta ese momento estudiante) en busca de sí misma.
Del sujetapapeles del refri (20 pulgadas, sin escarcha y con fábrica de cubitos) cae al suelo una nota (letra casi infantil, con un adiós y un ruego).
De las manos resbala la olla y al suelo se cae la sopa (pasta de sémola de grano duro).
HÁGASE, SEÑOR, TU VOLUNTAD
Del plato a la boca, directamente y sin utensilio alguno, el hombre desea engullir su comida.
De modo que al inclinarse a tomar la bandeja entre las manos, hace una reverencia a la tierra que le alimenta. Y al apurar su puchero poco a poco eleva la cabeza y las manos, en señal de gratitud, al cielo que le provee.
Pero lo más importante es que de esa forma no se cae la sopa.
VIVIR, UN CANTO DE ABEJAS
En el verdor del prado mi niña da unos pasitos tomada de mi falda, aún no habla, me da un beso y le canto «Se oyen las abejas zumbar en el jardín...».
El uniforme del colegio hace ver linda a mi niña, me trae una flor, me la coloca en el pelo, me da un beso y cantamos «...cogeremos una que zumbe para ti...».
La melodía calma mis angustias y dolores, mi niña deja su valija en el piso, coloca un chal sobre los hombros, me da un beso y cantamos «...zum, zum, zum, déjame salir...».
Mi niña coge la silla y me conduce adentro. Su hija, me da un beso y cantamos «...zum, zum, zum, ya te puedes ir».
TOTA PULCRA
¿Cómo? ¿Es mi madre quien yace desnuda junto a mí? ¿En qué momento empezó a llenarme de besos, de caricias? ¿Cuál es esa sensación maravillosa que me recorre el cuerpo? ¿Qué fuerza impulsa mis manos para tocarla y asirme a sus pechos? Justo, cuando empiezo a penetrarla: comienza a tararear la misma nana de siempre y mi cuerpo, empequeñeciéndose, se introduce por completo en un viaje de retorno a sus entrañas.
Y ya no siento frío.
PALEOGRAFÍA SÚBITA
¿Son rupestres? Pensé al verlas.
No era posible estar seguro en esa media luz y el tufillo del lugar no dejaba concentrarme al máximo. Se notaba, además, la presencia humana por algunos graffitis que acompañaban las imágenes en ese muro sucio y avejentado.
Repasé mentalmente lo que en mis clases de arqueología eran primordiales: La altura en que estaban sobre el piso, la profundidad y textura de la inscripción, la firmeza del trazo; todo con el propósito de dar un juicio probo.
Al poco tiempo desistí y salí rápidamente del lugar.
¡Los viajes mentales que debo hacer cuando utilizo los sanitarios públicos!
FALLO SINCRÉTICO
Los austrolopitecus ojeaban con recelo a los paranthropus, mientras los hommo erectus y hommo habilis, de reojo, los repasaban con desdén. Los ardiphitecus observaban idiotizados al grupo entero. Todos, expectantes, se miraban entre sí.
Hommo sapiens, con aires de grandeza, pidió auscultarlos uno por uno y concluyó que ante la integridad de sus cuerpos; fue a Eslabón Perdido a quien se le extrajo la costilla en el edén.
CANDOR
La manzana cree aprisionar al gusano.
EUTANASIA PARA MI CUENTO
Fin.
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