Dos de Carlos Wynter


Lobo
Cuando llegué a las llanuras del sur, yo era un lobo salvaje. Aullé con perseverancia y gruñí a cuanto ser se me atravesaba en el camino. Pero me trataban con burla: los libros de zoología aseguraban que no había lobos en las llanuras del sur. Sólo me creyeron bajo la forma de fiel y cariñoso perro.

Chicle

Lo nuestro fue hermoso, Sue; bello como un globo de chicle que crece sin parar. Fue lindo como una mañana con sabor a tuti fruti. Lo sabes, preciosa: tus mejillas se encendían de fiesta y "chewing gum". Y reías.
Me advertiste -casi fue una amenaza- que la vida es breve. El sabor de la experiencia dura poco: Sí, Sue, eso pensaste. Y escupiste el chicle, ya sin sabor, de tu boca.

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