Seis de Alejandro Bentivoglio


INTERVALO DEL HOMICIDA

Buscando el cadáver de su esposa, a la que apenas recordaba haber asesinado, encontró unas cartas que ella le había escrito muchos años atrás. Se sentó a leerlas y no pudo evitar llorar como un chico que ha descubierto que su madre nunca volverá.

Incluso el cuchillo que guarda sin limpiar en la cocina, parece más pequeño en la hora de recuerdo.

DIA DE CLASE

El maestro pidió el cuaderno al niño. El niño se lo entregó y el maestro pudo ver que solo había garabatos y dibujos sin sentido.

-¡Usted es un irresponsable! –gritó el maestro-. ¡Vaya a la dirección!

El niño asintió con gesto cansino, el gesto del que conoce bien la terrible distancia que separa la infancia de la adultez. Se levantó del pupitre con extrema delicadeza, se alisó los bigotes y salió del aula.

MASCOTAS

Hoy ya no pude encontrar ni siquiera un pelo en mi cabeza. Decidí ocultar mi calvicie con un sombrero. En la calle nadie parece notarlo. Excepto unos niños, que con sus manitas temblorosas señalaban el bolsillo de mi saco, peludo, palpitante.

PSICOPATHIA SEXUALIS

La mujer desnuda permanece en la cama sin que nadie se le acerque. En el armario, dos hombres con capuchas de látex acarician ropa interior y muerden zapatos.

Un tercer hombre, más pequeño, aguarda en el living. Sonríe pasivamente. Su cuerpo está quieto. Cuando alguien toca el timbre, él grita satisfecho.

LO MISMO EN LA VIDA QUE EN LA MUERTE

Su afición al dinero continuó aún en la muerte. Así que cuando vio la barca de Caronte, preparó dos monedas falsas para pagar. El barquero tomó lo que se le daba y le indicó que subiera. El viaje fue largo y silencioso. Cuando llegaron a tierra, Caronte le hizo una seña para que bajara, ya estaba en la última morada de los muertos.

Al dar los primeros pasos encontró un enorme palacio de cartón pintado. Árboles de papel. Ridículos animales de telgopor.

COMENTARIO HECHO AL BORDE DE UN PUENTE POCO FRECUENTADO

El suicidio es una de las formas de cortesía que más debería inculcarse desde la niñez.

Famoso es el caso de un verdadero caballero amigo mío que apenas ser presentado a los invitados de una fiesta organizada en un décimo piso, saltó por la ventana para no importunar a nadie con su presencia.

Hoy en día, en cambio, la gente prefiere la grosería de permanecer viva y entre nosotros.

2 comentarios:

Unknown | 31 de agosto de 2009, 15:57

clap clap clap.
una mejor que la otra.
es un genio.

Anónimo | 18 de diciembre de 2009, 9:14

Muy buenas. Lo del suicidio, ¡toda una idea! Hay que llevarla al Ministerio de Educación

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